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Por Leyre Gómez • Actualizado en junio, 2025
Pocas cosas impresionan tanto como ver el Taj Mahal en India por primera vez. Da igual cuántas fotos hayas visto o cuántas veces te lo hayan contado: estar allí, frente a ese mausoleo blanco que parece flotar sobre el agua, es una imagen que se queda grabada para siempre. En esta guía te contamos todo lo que necesitas saber para organizar tu visita, conocer su historia y disfrutarlo sin agobios. Si estás planeando un viaje por el norte del país o simplemente soñando con incluir el Taj Mahal en tu ruta por India, quédate por aquí, que te lo ponemos fácil.
El Taj Mahal en India es uno de esos lugares que llevábamos años queriendo conocer. Lo teníamos en nuestra lista desde el primer momento en que empezamos a plantearnos viajar a este país, y no es para menos: está en todas las guías, aparece en cualquier recopilación de sitios que hay que ver al menos una vez en la vida y es, además, una de las siete maravillas del mundo moderno. Así que cuando organizamos nuestra ruta por el norte de India, sabíamos que Agra y el Taj Mahal iban a ser una de las mejores cosas que ver en la India.
Lo que no sabíamos es que nos iba a impresionar tanto. Muchas veces pasa que cuanto más has oído hablar de un lugar y cuantas más fotos has visto, menos te impresiona, pero el Taj Mahal fue uno de esos lugares que superó nuestras expectativas.
Fue el lugar que más nos gustó de todo el viaje. No solo por lo que representa o por su belleza y su tamaño (de verdad es más grande de lo que imaginábamos), sino también por la atmósfera que se vive allí. Es uno de esos sitios que transmite algo especial. Así que si estás preparando tu aventura por India y tienes claro que quieres visitar el Taj Mahal, en este artículo te contamos todo lo que necesitas saber para planificar la visita, entender lo que verás y aprovechar la experiencia al máximo.
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Aunque hoy es uno de los monumentos más visitados del mundo, el Taj Mahal nació de una historia de amor. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando el emperador mogol Shah Jahan mandó construirlo en memoria de su esposa favorita, Mumtaz Mahal, que murió en 1631 al dar a luz a su decimocuarto hijo. La pérdida fue tan dura para él que decidió rendirle homenaje levantando un mausoleo que representara la grandeza de su amor y el dolor de su ausencia.
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La historia entre Shah Jahan y Mumtaz fue intensa. Se casaron jóvenes, pero su vínculo iba más allá de lo político: ella le acompañaba en sus campañas militares y era su consejera personal. Su muerte supuso un antes y un después en la vida del emperador, que entró en una profunda etapa de duelo.
Fue en ese contexto donde nació la idea del Taj Mahal. Un lugar que no solo sirviera como tumba, sino como declaración eterna de amor. Y aunque con el tiempo se ha convertido en uno de los monumentos más emblemáticos del mundo, su origen sigue siendo íntimo, personal y profundamente humano.
La construcción del Taj Mahal comenzó en 1632, un año después de la muerte de Mumtaz Mahal, y se extendió durante la friolera de dos décadas. El encargo fue liderado por el propio emperador Shah Jahan, que reunió a algunos de los mejores arquitectos, artesanos y obreros de su época para levantar el que sería el mayor símbolo de su reinado.
Se calcula que trabajaron en el proyecto más de 20.000 personas. Además, se utilizaron más de mil elefantes para transportar materiales. El mármol blanco vino desde Makrana (Rajasthan), el jade desde Birmania, el cristal desde China y otras piedras semipreciosas desde distintos puntos de Asia.
El diseño combina elementos de la arquitectura mogola, persa e islámica. Uno de los aspectos más impresionantes es su simetría, cuidadosamente estudiada en cada detalle, desde la disposición de los jardines hasta las proporciones de la cúpula. La estructura principal está flanqueada por cuatro minaretes ligeramente inclinados hacia fuera, para que, en caso de colapso por un terremoto, no caigan sobre la tumba central.
El Taj Mahal se terminó en 1653, y el resultado fue un conjunto arquitectónico que no solo destaca por su belleza, sino por el nivel de detalle técnico y artístico que aún hoy deja con la boca abierta a quienes lo visitan.
El Taj Mahal es uno de esos lugares que te impactan de verdad. Por mucho que lo hayas visto en fotos o vídeos, estar allí cambia la experiencia por completo. El tamaño, la simetría, el mármol blanco… todo transmite una sensación especial.
Para nosotros, fue la parada más impresionante del viaje por India. Entendimos al instante por qué es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. No solo es bonito, es un lugar que emociona y que tiene muchas historia.
i estás preparando tu ruta, de verdad, no lo dejes fuera. Ver el Taj Mahal al amanecer o al atardecer es uno de esos recuerdos que se quedan para siempre.
Si tienes pensado incluir el Taj Mahal en tu itinerario por India hay algunos detalles importantes que conviene tener en cuenta antes de llegar. En este apartado te contamos todo lo que necesitas saber para preparar tu visita y disfrutarla al máximo. Porque aunque parezca un sitio sencillo de visitar, hay ciertas cosas que, si las sabes antes, te ahorran tiempo, colas y algún que otro despiste.
Agra está situada a unos 230 kilómetros de Nueva Delhi, la capital del país, y suele formar parte de la clásica ruta por el Triángulo Dorado (Delhi, Agra y Jaipur), una de las rutas más populares para quienes viajan por primera vez a India.
Aunque la ciudad en sí no tiene mucho más que ofrecer (más allá del fuerte y algún otro monumento), merece la pena pasar al menos una noche para visitar el Taj Mahal con calma, idealmente a primera hora de la mañana.
Una vez en Agra, llegar al Taj Mahal es bastante sencillo. Muchos hostales y hoteles están situados en la zona de Taj Ganj, que es el barrio más cercano a la entrada sur del recinto. Desde allí, se puede ir andando sin ningún problema.
Si tu alojamiento está un poco más lejos o simplemente prefieres no caminar, lo más cómodo es moverse en rickshaw, que es barato y rápido. Te dejarán en uno de los accesos habilitados, ya que los vehículos no pueden llegar hasta la puerta principal.
Para llegar a Agra desde otras ciudades, lo más habitual es hacerlo desde Nueva Delhi, que está a unas 3-4 horas. La opción más cómoda suele ser el tren directo de Delhi a Agra, con varias salidas diarias. Si prefieres algo más organizado, también hay excursiones de un día al Taj Mahal desde Delhi que incluyen transporte y entradas, aunque nosotros creemos que merece la pena pasar una noche en Agra para visitarlo a primera hora.
También se puede llegar en coche privado o autobús, pero el tren sigue siendo la opción más rápida y práctica si vas por libre.
Si, como nosotros, estás en Agra para visitar el Taj Mahal, tu mejor opción es el barrio de Taj Ganj. Está justo al lado del monumento, tiene muchas opciones de alojamiento y puedes llegar andando a las puertas del Taj Mahal en pocos minutos.
Nosotros nos quedamos en Joey’s Hostel, y no podemos dejar de recomendarlo. Está a solo cinco minutos a pie de la entrada este del Taj Mahal, pero lo que más nos gustó fue su rooftop, desde donde se ve el Taj Mahal en todo su esplendor.
El ambiente del hostel es muy relajado, ideal para mochileros o parejas que buscan algo sencillo pero bien ubicado. Además, el personal es muy amable y siempre dispuesto a ayudarte con cualquier cosa que necesites.
Las entradas para visitar el Taj Mahal se pueden comprar tanto online como en taquilla, aunque nosotros te recomendamos hacerlo por internet para evitar colas. El precio para visitantes extranjeros es de 1050 rupias (unos 11 € al cambio) e incluye el acceso al recinto, los jardines y las vistas exteriores del monumento.
Si queréis entrar también al interior del mausoleo, hay que pagar un suplemento de 200 rupias adicionales. Nosotros creemos que merece la pena entrar, sobre todo teniendo en cuenta que son un poco más de 2€.
Si podéis, llevad las entradas ya impresas o en el móvil, y tened a mano vuestro pasaporte si sois extranjeros, porque os lo pedirán al entrar.
👉 Puedes comprar las entradas online desde la web oficial del Taj Mahal.
Ahora que ya tienes claro cómo llegar, dónde dormir y cómo comprar las entradas, toca repasar algunos detalles prácticos, como el horario, cuándo visitar, etc., que marcan la diferencia en la experiencia:
El Taj Mahal abre todos los días excepto los viernes, por lo que es importante tenerlo en mente a la hora de organizar tu ruta.
El horario de visita es desde 30 minutos antes del amanecer hasta 30 minutos antes del atardecer, lo que varía según la época del año. Como referencia, durante los meses de verano (abril a septiembre), el horario suele ser de 6:00 a 18:30 h, y en invierno (octubre a marzo), de 6:00 a 17:30 h.
Además, durante las noches de luna llena, así como las dos noches anteriores y posteriores, se permite la visita nocturna al Taj Mahal en horarios específicos. Estas visitas nocturnas se realizan de 20:30 a 00:30 h, divididas en turnos de 30 minutos.
Si hay un consejo que repetiríamos mil veces es este: ve antes de que abran las puertas. Nosotros llegamos unos 20 minutos antes del horario de apertura y fuimos los primeros en entrar. Mereció totalmente la pena.
Si no puedes ir tan temprano, lo ideal es evitar las horas centrales del día, cuando el calor aprieta y hay más grupos organizados. El atardecer también tiene su encanto, pero ten en cuenta que la luz frontal se pierde y es más complicado ver el mármol brillar como lo hace por la mañana.
Aunque la imagen más famosa del Taj Mahal es su icónica fachada de mármol blanco, el complejo incluye varios espacios que merece la pena conocer. En el interior del mausoleo se encuentran las cenotafias de Mumtaz Mahal y Shah Jahan, aunque las tumbas reales están en una cámara inferior cerrada al público.
Además, el recinto cuenta con los siguientes lugares más destacados:
Una mezquita funcional a un lado.
Un edificio gemelo, llamado jawab, en el otro.
Jardines simétricos de estilo persa.
Y la gran puerta de acceso, que enmarca la vista más famosa del monumento.
Aunque lo más impresionante del Taj Mahal es su exterior, que con diferencia es la parte que más impacta, la diferencia de precio para entrar al mausoleo no es muy grande. Por eso, nosotros creemos que merece la pena visitar también el interior para completar la experiencia.
Entrar al mausoleo te permite ver de cerca las cenotafias de Mumtaz Mahal y Shah Jahan, así como apreciar los detalles tallados en mármol que no se ven desde fuera. La visita es breve, pero añade una dimensión diferente al monumento.
El Taj Mahal tiene tres entradas principales: la puerta oeste (West Gate), la puerta este (East Gate) y la puerta sur (South Gate). Todas llevan al mismo recinto, pero la experiencia puede cambiar bastante según por dónde entres:
👉 La puerta este (East Gate) es la más recomendable si te alojas cerca, como en el barrio donde está el Joey’s Hostel. Es la entrada que nosotros utilizamos, y fue muy cómoda porque se puede llegar andando. Además, suele haber menos gente que en la entrada oeste, sobre todo a primera hora, lo que te permite ganar unos minutos valiosos para entrar de los primeros.
👉 La puerta oeste (West Gate) es la más frecuentada, especialmente por grupos y turistas que llegan en excursiones desde Nueva Delhi. Si vas en hora punta, es probable que encuentres más cola.
👉 La puerta sur (South Gate) es la menos usada y, de hecho, no se puede comprar la entrada allí (solo sirve como acceso si ya tienes la entrada en mano). Además, abre más tarde que las otras dos, así que no es ideal si quieres entrar al amanecer.
Si te alojas cerca del recinto, como hicimos nosotros, lo más práctico es ir por la puerta este, llegar unos 20-30 minutos antes de que abran y así aprovechar para entrar de los primeros.
Si estáis buscando una experiencia única, la visita nocturna al Taj Mahal es una de esas experiencias que no se olvidan. Durante las noches de luna llena, el monumento se abre al público en un horario especial que va de 20:30 a 00:30 h, dividido en turnos de 30 minutos. Solo se permite la entrada a 400 personas por noche, lo que hace que la experiencia sea aún más exclusiva.
Adultos extranjeros: 750 rupias (aproximadamente 8 €).
Adultos indios: 510 rupias.
Niños (3 a 15 años): 500 rupias.
Menores de 3 años: entrada gratuita.
Las entradas deben adquirirse online con al menos 24 horas de antelación. Podéis hacerlo a través de la web oficial del Taj Mahal. Es importante que tengáis en cuenta que no se venden entradas en taquilla para la visita nocturna, por lo que la compra anticipada es esencial.
La visita se realiza en grupos de hasta 50 personas por turno, por lo que es recomendable llegar con antelación para pasar los controles de seguridad. El punto de encuentro es en Shilpgram, un centro cultural cercano al Taj Mahal. Es necesario presentar una identificación válida al momento de la entrada.
El Taj Mahal es uno de esos sitios que parecen pensados para ser fotografiados desde todos los ángulos. Pero si quieres llevarte buenas fotos (más allá de la típica frontal), aquí van algunos de los mejores puntos tanto dentro como fuera del recinto:
📍Desde la zona central del jardín: Es la imagen más clásica, la típica foto frontal del Taj Mahal con su reflejo en la piscina alargada. A primera hora de la mañana hay menos gente y es más fácil conseguirla sin multitudes.
📍Desde el Mehman Kaana (lado este): Este edificio simétrico frente a la mezquita permite encuadrar el Taj dentro del arco de la puerta, creando una imagen muy fotogénica. Si vas a primera hora, puedes tenerlo prácticamente para ti.
📍Desde los laterales de la mezquita: Aunque no se puede acceder a la mezquita del lado oeste, sí se puede llegar a los laterales y sacar fotos preciosas del Taj enmarcado por arcos más pequeños. Son menos concurridos y dan mucho juego.
📍Desde Mehtab Bagh (al otro lado del río): Este jardín ofrece una vista preciosa del Taj al otro lado del río Yamuna. Es uno de los mejores sitios para ver el atardecer y hacer fotos con menos gente alrededor.
📍Desde una caseta con vistas (al norte del Taj): Hay una pequeña caseta abandonada con unas vistas espectaculares al Taj Mahal. Nosotros no pudimos llegar porque había policía controlando el acceso, pero hemos leído que algunos viajeros han podido entrar a través de las casas cercanas. Si tienes tiempo y curiosidad, puede valer la pena intentarlo.
📍Desde el río Yamuna (lado este): Rodeando el recinto por el lado este, se puede llegar hasta la orilla del río. Es un lugar tranquilo, y si lo visitas al atardecer, el reflejo del Taj en el agua crea una escena preciosa y muy poco vista.
📍Desde el Chia Taj View Café: Si después de visitar el Taj te apetece desayunar con vistas, este café tiene una terraza perfecta desde la que ver el monumento mientras tomas un chai o algo dulce. Las fotos aquí son más desenfadadas, pero también muy especiales.
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Esperamos que esta guía para visitar el Taj Mahal India te ayude a preparar tu viaje y a disfrutar al máximo de este lugar tan especial. Para nosotros fue una de las paradas más inolvidables del viaje, y entendemos perfectamente por qué es una de las maravillas del mundo. Si ya has estado o tienes alguna duda, te leemos encantados en los comentarios. ¡Nos encantaría saber qué te pareció tu experiencia en el Taj o ayudarte con lo que necesites antes de ir!
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