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Por Leyre Gómez • Actualizado en noviembre, 2025
Sabemos que organizar una ruta por Indonesia puede ser un lío con tantas islas entre las que elegir. Por eso, después de haber pasado varios meses explorando el país, hemos querido crear la ruta perfecta para una primera visita. Hemos diseñado el itinerario ideal para un viaje a Indonesia en 15 días que combina la aventura de los volcanes de Java con la cultura y las playas más famosas de Bali. Es una ruta muy completa y optimizada para que aproveches el tiempo al máximo. Si te animas a seguir nuestros pasos, te contamos a continuación todo el detalle, con mapas, consejos y presupuesto.

Para que te hagas una idea, Indonesia no es un país, es un universo entero. Se trata del archipiélago más grande del mundo, formado por más de 17.500 islas que se extienden a lo largo de 5.000 kilómetros desde Asia hasta Oceanía. Es una nación de una escala gigantesca, siendo el cuarto país más poblado del planeta, y como te puedes imaginar, la diversidad es casi infinita.
Al estar situado en el “Anillo de Fuego del Pacífico”, cuenta con más de 130 volcanes activos, que dibujan paisajes espectaculares como los que verás en esta ruta. Su ubicación también le ha dado una de las biodiversidades más ricas del planeta, con especies tan únicas como los dragones de Komodo o los orangutanes.
Con tantísimo que ver, es imposible abarcarlo todo en un solo viaje, por lo que una buena planificación es clave. Esta ruta se centra en dos de sus islas más icónicas: Java y Bali. Java es el corazón cultural y económico del país, la isla más poblada del mundo y hogar de templos milenarios como Borobudur y Prambanan. Bali, por otro lado, es la joya turística, famosa por su ambiente espiritual y una cultura hindú única que la hace completamente diferente al resto del país.
Nosotros tuvimos la suerte de pasar varios meses recorriendo el país, explorando otras maravillas como la selva de Sumatra o las islas del Parque Nacional de Komodo. Sin embargo, si tuviéramos que diseñar la ruta perfecta para una primera toma de contacto, sin duda sería esta. Creemos que la combinación de la aventura en Java con la magia de Bali es la introducción ideal a este fascinante país.
Por eso, hemos preparado esta ruta de 15 días por Indonesia, y a continuación te dejamos el día a día para que sepas de un vistazo todo lo que vas a ver.
Día 1: Yogyakarta - Llegada y centro
Día 2: Yogyakarta - Borobudur y Prambanan
Día 3: Java Oriental - Rumbo a Bromo
Día 4: Java Oriental - Amanecer en Bromo
Día 5: Java Oriental - Volcán Ijen y fuego azul
Día 6: Ubud - Centro y mercado
Día 7: Ubud - Arrozales y templos
Día 9: Ubud - Sekumpul y Ulun Danu
Día 10: Ubud - Kanto Lampo y Goa Gajah
Día 11: Nusa Penida - Costa Oeste
Día 12: Nusa Penida - Costa Este
Día 13: Uluwatu - Playas y templo de Uluwatu
Día 14: Uluwatu - Surf y Tanah Lot
Día 15: Canggu - Últimas compras y despedida


Antes de seguir con la ruta, te dejamos nuestras recomendaciones de hoteles para cada zona Están bien situados, son cómodos y tienen justo lo que necesitas para moverte a tu aire.
¿No tienes tantos días?: La mejor ruta por Bali en 10 días
Si estás preparando tu itinerario por Bali o quieres visitar otros destinos de Indonesia, te dejamos por aquí algunos de los mejores artículos para que puedas organizarlo de la mejor forma:
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Aquí empieza lo bueno: la ruta diaria. Hemos preparado un itinerario bastante intenso que te permite conocer algunas de las mejores cosas que ver en Java y la mayoría de los lugares que, para nosotros, son los imprescindibles que ver en Bali. Es un plan pensado para que aproveches cada día al máximo.
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Esta ruta está diseñada para que puedas moverte fácilmente en tu propia moto, que es la forma más cómoda y flexible de explorar ambas islas. Si tienes dudas sobre el proceso, hemos preparado esta guía completa sobre cómo alquilar moto en Bali que te será muy útil. Y si prefieres no conducir, no te preocupes. Siempre tienes la opción de contratar un conductor privado que te lleve a los sitios o apuntarte a excursiones de día. Para esto último, puedes usar plataformas como Civitatis o Getyourguide, donde encontrarás un montón de opciones.
Arrancamos este viaje a Indonesia en 15 días en Yogyakarta, para nosotros, el verdadero corazón de la isla de Java. Estos dos primeros días son perfectos para aclimatarse al ritmo del país y, sobre todo, para alucinar con dos de los templos más espectaculares que hemos visto nunca: Borobudur y Prambanan. Además de ser la base para estas visitas, la ciudad tiene un ambiente súper especial que te engancha desde el primer momento.
Nuestro viaje a Indonesia en 15 días arranca en Java. Lo más seguro es que tu vuelo internacional aterrice en Yakarta (CGK), la capital de Indonesia. Desde allí, lo más fácil es coger un vuelo interno a Yogyakarta (JOG), que tarda solo una hora. Hay un montón de compañías que hacen esta ruta, como Batik Air o Garuda Indonesia, así que encontrarás vuelos a cualquier hora del día. Nuestro consejo es que, si vienes de un viaje largo desde Europa, intentes llegar a Yakarta el día de antes para volar a Yogyakarta por la mañana y así tener toda la tarde libre.

Una vez dejes las cosas en el hotel, puedes dedicar el resto del día a tomarle el pulso a la ciudad. Yogyakarta tiene un ambiente increíble, y la mejor forma de sentirlo es recorrer su calle principal, Malioboro Street. Es una avenida larguísima y siempre llena de gente, con tiendas de batik, puestos de comida callejera y los típicos becak (ciclotaxis) por todas partes. Es el sitio perfecto para dar una vuelta, comprar los primeros recuerdos y cenar algo en los puestecillos que montan en el suelo, llamados lesehan.
Después del paseo, una visita genial es la del Taman Sari, también conocido como el “Palacio del Agua”. Este lugar, que antiguamente era el jardín de recreo del sultán, es una pasada, con un montón de piscinas, patios y pasadizos secretos que te transportan a otra época. Es un sitio muy fotogénico y la introducción perfecta a la historia de los sultanes de Java. Sin duda, una primera tarde ideal para empezar a empaparte de la cultura de la ciudad.

Este segundo día en Yogyakarta es, posiblemente, uno de los más impresionantes de todo el viaje. Hoy tocan dos de los templos más increíbles de todo el Sudeste Asiático: Borobudur y Prambanan. Nosotros decidimos hacer la ruta en moto para tener total libertad, pero si no te apetece conducir, hay muchas opciones de tours.

Lo ideal es madrugar mucho para visitar Borobudur a primera hora y evitar las multitudes y el calor. Es el monumento budista más grande del mundo y, cuando lo tienes delante, entiendes por qué es tan famoso. Construido en el siglo IX, el templo es una enorme pirámide escalonada con nueve plataformas, y está decorado con más de 2.500 relieves y 504 estatuas de Buda. Subir hasta la estupa central mientras recorres sus pasillos es una experiencia casi mística. Si quieres vivir algo realmente único, te recomendamos contratar esta excursión para ver el amanecer desde Borobudur, es simplemente espectacular.

Después de quedar con la boca abierta en Borobudur, pusimos rumbo a Prambanan, pero hicimos una parada intermedia en un sitio de lo más curioso: la Gereja Ayam, o la “Iglesia Gallina”. En medio de la selva, se levanta este edificio con una forma que se supone que es una paloma, pero que todo el mundo identifica como una gallina. Se puede subir hasta la “cabeza” para tener unas vistas geniales de los alrededores. Es un lugar súper random y divertido que merece una pequeña parada.

Por la tarde llegamos a Prambanan, el complejo de templos hindúes más grande de Indonesia. Construido en el siglo X, está dedicado a la Trimurti, la trinidad hindú: Brahma, Visnú y Shiva. El templo principal, dedicado a Shiva, tiene 47 metros de altura y es una auténtica obra de arte. Aunque un terremoto dañó parte del complejo, pasear entre sus más de 200 templos es una maravilla. El contraste entre la grandiosidad de Borobudur y la elegancia de Prambanan en un mismo día es algo que no se olvida fácilmente.

En Yogyakarta tienes dos zonas principales que te recomendamos para buscar alojamiento. La primera es en los alrededores de la calle Malioboro, ideal si quieres estar en el centro de toda la acción. La segunda, que fue por la que nos decidimos nosotros, es la zona de Prawirotaman, un barrio con un ambiente más tranquilo y bohemio, lleno de restaurantes y cafeterías con mucho encanto.
Nuestra elección fue el Aloha Hotel Yogyakarta y la verdad es que acertamos de pleno. Es un hotel muy económico, pero moderno y súper limpio. La experiencia fue genial y está en una calle llena de sitios para cenar, por lo que lo recomendamos totalmente.
Dejamos atrás la cultura y el ritmo pausado de Yogyakarta para meternos de lleno en la aventura más increíble e intensa de Java: la ruta de los volcanes Bromo e Ijen. Y cuando decimos intensa, lo decimos en serio: prepárate para levantarte a las 2 de la mañana (o incluso antes) para empezar los ascensos.
Además, hay que tener clara una cosa: aunque se puede intentar hacer por libre, los traslados son un lío, dependes de varios transportes públicos que no siempre cuadran y, sinceramente, no compensa el esfuerzo. Sobre todo en un viaje a Indonesia de 15 días donde cada hora cuenta, lo ideal es contratar una excursión organizada que se encargue de todo. Nosotros lo hicimos así y es lo que recomendamos al 100%. Te quitas de problemas y vas directo a disfrutar.

El tercer día de este viaje a Indonesia en 15 días es pura transición, pero una parte fundamental de la aventura para llegar a uno de los paisajes más alucinantes del país. Las excursiones organizadas suelen recogerte muy temprano en tu hotel de Yogyakarta para empezar el largo camino hacia el este de Java.
Normalmente, el trayecto se hace en tren hasta Surabaya o Probolinggo, y desde allí, una furgoneta o un pequeño autobús te sube por carreteras de montaña hasta Cemoro Lawang, el pueblo que sirve de base para visitar el Bromo. El viaje en tren es toda una experiencia para ver el paisaje rural de Java y la vida local. Una vez en Cemoro Lawang, que se asienta a más de 2.200 metros de altitud, el día no da para mucho más. La tarde consiste en instalarse en el alojamiento, cenar algo rápido y, sobre todo, irse a dormir muy, muy pronto. Al día siguiente toca el primer gran madrugón del viaje, ya que la subida para ver amanecer en el Bromo comienza sobre las 2 de la mañana, así que hay que descansar todo lo posible.
Este es el día más esperado de la aventura en Java. La alarma suena sobre las 2 de la mañana, y un 4×4 te recoge en la puerta del hotel para llevarte a la base de uno de los miradores. Allí, en medio de la noche, te dan un pequeño briefing, y es el momento de alquilar ropa de abrigo si no la has traído. No es broma, a esa altitud y a esas horas hace un frío que pela, así que necesitarás una buena chaqueta, gorro y guantes. También te darán un pequeño desayuno, normalmente un té o café caliente y algo de picar.

Con todo listo, empieza la subida en el 4×4 por una pista de montaña completamente a oscuras, en una caravana de jeeps que parece infinita. La razón de subir tan pronto no es solo por el amanecer. La zona se llena tanto de coches que llega un punto en el que no pueden pasar más, y a los que llegan tarde les toca hacer un buen tramo del ascenso a pie. Una vez en el mirador, toca esperar.
Y entonces, ocurre la magia. Ver cómo el sol empieza a teñir el cielo y a iluminar lentamente el paisaje es algo que te deja sin palabras. Aparece ante ti un mar de nubes y ceniza, el “Mar de Arena”, y en el centro, el cono perfecto del volcán Bromo, su vecino el Batok y, a lo lejos, el imponente volcán Semeru soltando una fumarola cada pocos minutos. Las vistas son brutales. Es el momento de llenar las memorias de los móviles y las cámaras de fotos, porque es imposible parar de disparar.

Cuando ya hay suficiente luz, toca bajar con el 4×4 al Mar de Arena para poner rumbo al propio volcán. Desde la base, empieza la subida final por una escalinata que parece no tener fin, construida en la ladera del cráter. Asomarse al cráter del Bromo es una experiencia que te hace sentir muy pequeño. El ruido que sale de las profundidades y el olor a azufre lo hacen todavía más intimidante. Una vez superado el impacto, toca bajar, volver al 4×4 y, tras un último paseo por la base, regresar a la furgoneta para pasar la tarde en carretera, esta vez poniendo rumbo a Ijen.

Cuando crees que ya no puedes madrugar más, llega el Ijen. Dependiendo de dónde te aloje el tour, la hora de levantarse varía, pero te aseguramos que será muy temprano. Nosotros tuvimos que hacer una hora y media de carretera hasta la base del volcán, así que nos tocó levantarnos a las 23:45 de la noche anterior para empezar la subida a las 2:00 de la mañana. Sí, has leído bien. Una paliza, pero una que volveríamos a repetir mil veces.
El ascenso se hace completamente de noche, siguiendo la luz de las linternas por un sendero de tierra. El objetivo principal de empezar tan pronto es poder ver el famoso “fuego azul” del Ijen, un fenómeno que solo es visible en la oscuridad. Después de una buena caminata hacia arriba, toca el descenso al interior del cráter. Con las máscaras de gas puestas para protegerte de los gases de azufre, bajas por un camino rocoso hasta la misma orilla del lago, donde se produce la magia. Ver esas llamas azules salir de la tierra en medio de la noche es una experiencia absolutamente increíble y que solo se puede vivir en muy pocos lugares del mundo.

Y cuando parece que ya nada puede superar eso, empieza a amanecer. La luz del sol va desvelando un paisaje de otro planeta: el cráter del Ijen contiene un lago de un color turquesa tan intenso que parece irreal. Es una locura de lugar, de esos que te hacen sentir que estás en una película. Es también aquí donde te encuentras con los mineros del azufre, que suben y bajan del cráter cargando decenas de kilos de material a sus espaldas, una de las imágenes más impactantes del viaje.

Después de quedarnos sin palabras, toca desandar el camino y bajar del volcán. Una vez abajo, y tras un merecido desayuno, el propio tour te lleva al puerto de Ketapang. Allí te subes al ferry que, en apenas una hora, te deja en Gilimanuk. ¡Has llegado a Bali! Aquí termina la aventura en Java y empiezan los próximos 10 días en la Isla de los Dioses.
¡Bienvenidos a Bali! Después de la intensidad de los volcanes de Java, aterrizamos en la que será nuestra base de operaciones durante los próximos 5 días: Ubud. Para nosotros, Ubud es el lugar perfecto para explorar el interior de la isla, ya que está súper bien localizado para desplazarte a la mayoría de los templos, arrozales y cascadas que no te puedes perder.
Estos días están pensados para recorrerlos por libre. Nuestra recomendación es que te muevas en moto, ya que te da una libertad increíble para meterte por carreteras secundarias y descubrir rincones por tu cuenta. Pero si no te apetece o no te sientes seguro conduciendo, no hay problema. Siempre puedes contratar un conductor privado en Bali por días, que es una opción muy cómoda y bastante económica si sois varios.

El primer día en Ubud lo dedicamos a aclimatarnos y a explorar el centro del pueblo, que tiene mucho más que ofrecer de lo que parece a simple vista. Después de instalarnos en el hotel, toca salir a recorrer sus calles. El corazón de todo es el Palacio de Ubud (Puri Saren Agung). Aunque sigue siendo la residencia de la familia real, gran parte del complejo se puede visitar gratis. Es un lugar precioso, lleno de la arquitectura típica balinesa y patios con mucho encanto.

Justo enfrente del palacio se encuentra el Mercado de Arte de Ubud, un laberinto de puestos donde puedes encontrar de todo: desde los típicos pareos y bolsos de ratán hasta esculturas de madera y pinturas. Es el sitio perfecto para comprar recuerdos, aunque no te olvides de regatear, ¡es parte del juego! Muy cerca de allí, escondido detrás de un Starbucks, está el Pura Taman Saraswati, un templo precioso dedicado a la diosa del conocimiento. Su estanque lleno de flores de loto es uno de los rincones más fotogénicos de todo Ubud.
Por la tarde, nos dirigimos a uno de los lugares más famosos y divertidos de la zona: el Sacred Monkey Forest Sanctuary. Como su nombre indica, es un santuario en plena selva habitado por cientos de macacos de cola larga que campan a sus anchas entre templos cubiertos de musgo. El lugar es espectacular, pero hay que tener en cuenta que los monos son salvajes. Nuestro consejo es que tengas mucho cuidado con tus pertenencias. No lleves nada de comida, ni bolsas de plástico, ni objetos que brillen, como gafas de sol o joyas, porque intentarán robarlo. No los mires directamente a los ojos, ya que lo pueden interpretar como una amenaza. A pesar de estas precauciones, la visita es una pasada y una experiencia súper divertida para terminar el primer día en Bali.

Ubud da para mucho más que un día, y esto es solo una pequeña muestra. Si tienes más tiempo en la zona o quieres explorar otras opciones, no te pierdas nuestro post 15 Imprescindibles que ver en Ubud, donde encontrarás un montón de ideas más.
El segundo día en Ubud lo dedicamos a uno de los paisajes más icónicos de Bali y a vivir una de sus experiencias más espirituales. Madrugamos para visitar los arrozales de Tegalalang, una de las postales más famosas de la isla. Nuestra recomendación es ir a primera hora de la mañana, justo después del amanecer, para evitar las multitudes y el calor. Pasear por los estrechos caminos que serpentean entre las terrazas de un verde intenso, mientras los agricultores locales empiezan su jornada, es una auténtica pasada.

Después de quedarnos alucinados con los arrozales, nos dirigimos a una de las experiencias más especiales que puedes vivir en Bali: un ritual de purificación. El lugar más famoso para hacerlo es el Templo de Tirta Empul, conocido por sus manantiales de agua sagrada. Para participar en el ritual, tienes que entrar en las piscinas y pasar por cada uno de los chorros de agua, lavándote la cara y la cabeza. Es una forma de limpiar las malas energías y conectar con la cultura balinesa. Eso sí, prepárate porque suele haber bastante gente.

Si buscas una experiencia similar pero con menos gente, muy cerca de allí se encuentra el Pura Gunung Kawi Sebatu. Es un templo precioso y mucho menos conocido, también construido alrededor de manantiales, donde puedes hacer el ritual de purificación con mucha más tranquilidad.

Y ya que estás por la zona, no puedes perderte el Candi Tebing Gunung Kawi, un complejo arqueológico del siglo XI absolutamente espectacular. Para llegar, hay que bajar unos 300 escalones hasta un valle frondoso, donde te encuentras con diez santuarios de 7 metros de altura tallados directamente en la roca de un acantilado. Es uno de los lugares más antiguos y misteriosos de Bali.

El octavo día lo reservamos para dos de los templos más espectaculares y significativos de Bali: Pura Lempuyang y Pura Besakih. Te avisamos: toca madrugar otra vez, pero la recompensa visual merece (casi) cada minuto de sueño perdido.
La primera parada es Pura Lempuyang, famoso por sus icónicas “Puertas del Cielo”. Nuestra recomendación es que vayas muy, muy pronto. Nosotros llegamos a las 5:45 de la mañana, antes de que abrieran a las 6:00, y ya había una cola para hacerse la foto de casi 2 horas. El motivo de la espera es que todo el mundo quiere la misma foto: la silueta de las puertas con el imponente volcán Agung de fondo. Aquí viene el gran “secreto”: el famoso efecto del reflejo en el agua se consigue gracias a un fotógrafo local que, con un pequeño espejo colocado debajo de la lente de tu móvil, crea una ilusión óptica perfecta. La foto es un montaje, ¡no hay ningún lago! Aunque la espera es larga, las vistas son una auténtica pasada y el lugar tiene una energía especial.

Después de conseguir la famosa foto y explorar un poco el complejo (Lempuyang en realidad son siete templos que suben por la montaña), pusimos rumbo al Templo Madre de Besakih. Situado en las laderas del sagrado Monte Agung, es el complejo de templos más grande, importante y sagrado de todo Bali. No es un solo templo, sino un complejo gigantesco con más de 80 templos diferentes repartidos en varias terrazas.
Pasear por Pura Besakih es una auténtica maravilla. Es el corazón espiritual de la isla y se nota en el ambiente. Verás a familias balinesas vestidas con sus trajes tradicionales llevando ofrendas y participando en ceremonias. Es un lugar majestuoso, con sus pagodas de varios tejados (meru) apuntando al cielo y unas vistas espectaculares del valle. Dedícale tiempo, pasea sin rumbo fijo y simplemente déjate impresionar por la magnitud y la devoción que se respira en cada rincón. Sin duda, una visita imprescindible para entender la cultura balinesa.

El noveno día del viaje lo dedicamos a explorar la zona norte de Bali, que esconde algunas de las joyas naturales y culturales más bonitas de la isla. Nuestra primera parada fue la Cascada Sekumpul, una de las más espectaculares que hemos visto en nuestra vida. No es una sola cascada, sino un conjunto de varias caídas de agua que se precipitan por un acantilado cubierto de vegetación, creando una imagen realmente impresionante.
Sin embargo, hay que hablar claro sobre el acceso. Hoy en día, llegar a Sekumpul se ha complicado por culpa de las mafias locales que controlan la zona, poniendo precios bastante altos para lo que es Bali. Antes de ir, leímos un montón de trucos y consejos para intentar evitarlas, pero la realidad es que es bastante difícil. Si quieres saber cómo fue nuestra experiencia, hemos preparado un post específico sobre la Cascada Sekumpul: ¿se puede evitar a las mafias en 2025?. En cualquier caso, y a pesar de los problemas, la belleza del lugar es innegable y, si te armas de paciencia, la recompensa merece la pena.

Por la tarde, pusimos rumbo a uno de los templos más fotogénicos y famosos de Bali: el Pura Ulun Danu Beratan. Este templo, construido en el siglo XVII, tiene la particularidad de estar situado en la orilla del lago Bratan, y cuando el nivel del agua sube, da la sensación de que sus santuarios de varios tejados (meru) están flotando sobre el agua. Es una de las imágenes más icónicas de Bali, y de hecho, aparece en el billete de 50.000 rupias.
El templo está dedicado a Dewi Danu, la diosa del agua, y es un lugar de peregrinación muy importante para los agricultores balineses, que vienen a pedir por la fertilidad de sus tierras. El entorno, con las montañas de fondo y el reflejo del templo en el lago, es de una belleza increíble. Sin duda, uno de los mejores templos que ver en Bali y una parada imprescindible en cualquier ruta por la isla

Para nuestro último día completo con base en Ubud, nos montamos una ruta más tranquila para conocer algunos lugares muy interesantes que están a poca distancia. La primera parada fue la cascada de Kanto Lampo. Se ha hecho muy conocida, y es fácil entender por qué. Aquí el agua no cae con fuerza, sino que se desliza sobre una pared de rocas escalonadas, creando una estampa muy fotogénica. Es un sitio genial para darse un chapuzón y sacar buenas fotos, pero al ser tan accesible, suele llenarse. Nuestro consejo es que vayas a primera hora para disfrutarla con más calma.

Si te apetece un chapuzón más, una parada opcional muy recomendable es la cascada de Tibumana. Esta es más “clásica”: un chorro de agua potente que cae en una poza rodeada de muchísima vegetación. El paseo para llegar ya merece la pena, entre arrozales y palmerales. Aunque quizás no es tan impresionante como otras cascadas de Bali, es un rincón muy bonito y bastante más tranquilo.

La tarde la dedicamos a la última visita cultural de la zona: Goa Gajah, o el Templo de la Cueva del Elefante. Es uno de los lugares históricos más importantes de Bali, con partes que datan del siglo IX. Lo más llamativo es, sin duda, la entrada a la cueva principal, con esa cara demoníaca tallada en la roca y cuya boca sirve de puerta. El interior es pequeño, con algunos nichos para meditar. No te quedes solo con la cueva, el resto del complejo es precioso, con unas antiguas piscinas para rituales, estatuas cubiertas de musgo y unos jardines muy agradables por los que pasear. Es una visita perfecta para cerrar esta etapa del viaje por el corazón de Bali.

Nosotros nos quedamos en el Teba Junjungan, y la verdad es que fue un acierto total. Es un hotel con piscina súper agradable, y aunque está un poco alejado del jaleo del centro, para nosotros eso fue un punto a favor para poder relajarse después de un día de excursiones. La relación calidad-precio nos pareció imbatible.
Como sabemos que elegir hotel en Ubud puede ser un lío, hemos preparado un post mucho más detallado. Si quieres ver otras zonas y más recomendaciones para todos los bolsillos, no te pierdas nuestra guía sobre dónde alojarse en Ubud.

Dejamos atrás los arrozales y templos de Ubud para poner rumbo a una de las islas vecinas más espectaculares de Bali: la famosa isla de Nusa Penida. Si Ubud es el corazón verde y espiritual de la isla, Penida es su cara más salvaje y aventurera.
En los próximos dos días te esperan paisajes que quitan el aliento, con acantilados de infarto y playas que parecen sacadas de una película. El ambiente aquí es mucho más rústico y menos desarrollado que en la isla principal, y eso es parte de su encanto. El trayecto en barco rápido desde Bali es corto y te abre la puerta a uno de los lugares que, para nosotros, es una parada obligatoria en este viaje.
El día 11 toca despedirse de Ubud y poner rumbo a la aventura de Nusa Penida. Te recomendamos madrugar para poder ir desde Ubud hasta el puerto de Sanur, que es de donde salen la mayoría de barcos rápidos (fast boats). Puedes llegar fácilmente en un Grab o negociando un precio con un conductor privado. El trayecto en barco dura apenas 30-45 minutos.
En cuanto llegues a la isla y dejes las cosas en el hotel, no hay tiempo que perder. La mejor forma de moverse es alquilar una moto y lanzarse a explorar la famosa costa oeste de la isla. ¡Ojo! Las carreteras de Nusa Penida no son como las de Bali; muchas están sin asfaltar y tienen bastantes baches, así que conduce con cuidado, sobre todo si no tienes mucha experiencia.
La ruta por la costa oeste te llevará a algunos de los paisajes más impresionantes que verás en tu vida. La primera parada obligatoria es Kelingking Beach, el famoso acantilado con forma de T-Rex. Las vistas desde arriba son simplemente brutales. Si te atreves, puedes bajar a la playa, pero el camino es muy empinado y exigente.
Desde allí, puedes seguir hasta Angel’s Billabong, una piscina natural de aguas cristalinas que se forma entre las rocas, y Broken Beach, un arco de piedra espectacular sobre el mar. Están una al lado de la otra, así que puedes visitar ambas a la vez. Para terminar el día, la mejor opción es ir a Crystal Bay, una playa de arena blanca perfecta para relajarse, hacer snorkel y disfrutar de una puesta de sol increíble antes de volver al hotel.

Para el segundo día en la isla, nos centramos en explorar la espectacular costa este. El mejor plan es hacer el checkout por la mañana, dejar las maletas en la recepción del hotel y lanzarse a la aventura con la moto. Así aprovechas el día al máximo sin tener que preocuparte por el equipaje.
La primera parada es un dos en uno: Atuh Beach y Diamond Beach, dos de las playas más impresionantes de toda la isla. Se encuentran una al lado de la otra, y las vistas desde los acantilados son de las que no se olvidan. Diamond Beach es famosa por su escalera tallada en la pared del acantilado, una bajada de infarto que te lleva a una playa de arena blanca y aguas turquesas. Atuh Beach, por su parte, es una bahía más protegida, ideal para relajarse y tomar algo en sus pequeños warungs.
Muy cerca de allí se encuentra otro de los puntos más icónicos de Nusa Penida: el Thousand Island Viewpoint y la famosa casa del árbol, la Rumah Pohon. Desde el mirador, tendrás una panorámica increíble de los islotes rocosos que salpican la costa. Y por un pequeño extra, puedes acercarte a la Rumah Pohon, que se ha hecho mundialmente famosa en Instagram. Aunque es una cabaña muy básica, las vistas desde su balcón son simplemente espectaculares.
Después de explorar la costa este, la idea es volver a la zona del puerto para comer algo antes de coger el barco de vuelta. Por la tarde, cogemos el fast boat de regreso a Sanur, y desde allí, un taxi o un Grab nos llevará a nuestro siguiente y último destino de este viaje a Indonesia 15 días: Uluwatu, en la península de Bukit.

Nusa Penida es una isla todavía bastante rústica, y la oferta de alojamiento, aunque ha crecido mucho, se concentra principalmente en la costa norte, cerca de los puertos de Toyapakeh y Sampalan. Esta es, sin duda, la zona más cómoda para alojarse, ya que te permite llegar y salir de la isla fácilmente y tienes más opciones de restaurantes y otros servicios a mano.
Nosotros buscábamos algo sencillo y bien ubicado para los dos días que pasamos en la isla, y nos decidimos por el Santhi Guna Bungalow. Son unos bungalows muy básicos, pero tenían todo lo que necesitábamos: una cama cómoda, aire acondicionado y un baño privado. La ubicación, muy cerca del puerto, nos pareció perfecta para poder organizarnos bien en la llegada y la salida. Si buscas una opción económica y sin lujos, es una alternativa genial.

Llegamos a la última etapa de nuestro viaje de 15 días por Indonesia, y no se nos ocurre un lugar mejor para terminar que Uluwatu. Después de la intensidad de los volcanes, el verde de Ubud y la aventura salvaje de Nusa Penida, la península de Bukit, en el sur de Bali, es el broche de oro perfecto.
Si por algo es famosa esta zona, es por ser la meca del surf en Bali. Pero Uluwatu es mucho más que eso. Aquí te esperan acantilados que quitan el hipo, playas de arena blanca y aguas turquesas escondidas entre rocas, y algunas de las puestas de sol más legendarias de toda la isla. Estos últimos tres días están pensados para bajar un poco el ritmo, disfrutar del mar y despedir el viaje por todo lo alto.

El primer día en Uluwatu lo dedicamos a lo que mejor se le da a esta zona: las playas y los atardeceres de infarto. La península de Bukit está llena de calas espectaculares, muchas de ellas escondidas bajo imponentes acantilados. Algunas de las que no te puedes perder son Padang Padang, famosa por la película “Come, Reza, Ama”; Bingin Beach, con sus warungs en la arena; o Dreamland Beach, una de las más amplias y accesibles. Pasa la mañana saltando de una a otra en moto, disfrutando del sol y del ambiente surfero.

Por la tarde, llega el plato fuerte del día y uno de los imprescindibles que ver en Bali: la visita al Pura Luhur Uluwatu. Este templo es uno de los más importantes y sagrados de la isla, y su ubicación es simplemente espectacular: está construido en el borde de un acantilado a más de 70 metros sobre el nivel del mar. Las vistas del océano Índico rompiendo contra las rocas son una auténtica pasada.
El mejor momento para visitar el templo es al atardecer. No solo por los colores del cielo, sino porque es cuando tiene lugar la famosa danza Kecak y del fuego. En un anfiteatro al aire libre con el mar de fondo, un coro de decenas de hombres representa un pasaje del Ramayana solo con sus voces, creando un ambiente hipnótico. El clímax llega con la danza del fuego, un espectáculo visual impresionante que, combinado con la puesta de sol, se convierte en una experiencia inolvidable. Compra las entradas con antelación porque se llenan, puedes hacerlo desde este enlace.

¡No puedes irte de Uluwatu sin probar el surf! O al menos, sin intentarlo. La mañana del penúltimo día la dedicamos a esto. La zona está llena de escuelas de surf que ofrecen clases para principiantes. No te preocupes si nunca te has subido a una tabla; hay playas con olas suaves perfectas para empezar, como Padang Padang Right, y los instructores locales tienen muchísima experiencia.

Por la tarde, nos espera una pequeña excursión para visitar otro de los templos más icónicos de Bali: Tanah Lot. La opción que más recomendamos es ir en moto, ya que te da total libertad para moverte a tu aire. El trayecto desde Uluwatu es de aproximadamente una hora y media, dependiendo del tráfico. Si no te apetece conducir tanto, siempre puedes optar por esta excursión a Tanah Lot. El templo tiene una ubicación única, construido sobre un gran peñón rocoso en medio del mar.
Al igual que con el templo de Uluwatu, el mejor momento para visitar Tanah Lot es al atardecer. El templo se recorta contra el cielo anaranjado, creando una de las postales más famosas y espectaculares de todo el viaje. Durante la marea baja, incluso puedes caminar hasta la base de la roca para recibir una bendición con el agua sagrada que emana de un manantial. El lugar está muy preparado para el turismo, con muchos miradores y restaurantes donde puedes sentarte a disfrutar de las vistas. Es un final de día mágico.

Y así, sin darnos cuenta, llegamos al último día de este increíble viaje por Indonesia 15 días. Dependiendo de la hora a la que salga tu vuelo, puedes aprovechar la mañana para hacer algunas compras de última hora y llevarte un recuerdo de Bali.
Uluwatu no tiene los grandes mercados de artesanía de Ubud, pero sí que cuenta con un montón de tiendas y boutiques con mucho estilo, especialmente en la calle principal, Jalan Labuansait. Aquí encontrarás desde marcas de surf internacionales hasta ropa de diseñadores locales, joyas y decoración. Es el lugar perfecto para comprar ese vestido o camiseta que te recuerde a tus días en la isla.
Después de las últimas compras y de disfrutar de un último desayuno balinés, toca poner rumbo al Aeropuerto Internacional Ngurah Rai (DPS). Ten muy en cuenta el tráfico, que en Bali puede ser una auténtica locura. Aunque la distancia desde Uluwatu no es mucha (unos 20 km), el trayecto te puede llevar desde 40 minutos hasta más de una hora y media. No te la juegues y sal con tiempo de sobra. Un Grab o un taxi te llevarán sin problema.
Y con esto, se acaba la ruta. Un viaje intenso, lleno de aventuras, paisajes increíbles y momentos que, estamos seguros, no olvidarás fácilmente.
Uluwatu es la meca del surf, y eso se nota en el tipo de alojamiento que predomina. La mayoría de la gente busca estar cerca de las playas más famosas, como Padang Padang, Bingin o la propia playa de Uluwatu. La zona que va desde Padang Padang hasta el templo de Uluwatu es la más popular, ya que concentra un montón de hoteles, guesthouses, restaurantes y tiendas, y te permite moverte fácilmente entre los principales puntos de interés.
Nosotros, en esta ocasión, necesitábamos un sitio tranquilo para poder trabajar, así que nos quedamos un poco apartados de todo el meollo, en Rebels Point. La experiencia fue genial, un sitio con muy buena relación calidad-precio y la calma que buscábamos. Si, como nosotros, necesitas un poco de paz o no te importa coger la moto para todo, es una opción fantástica. Si prefieres estar en el centro de la acción, te recomendamos buscar algo más cerca de la costa.

Ahora que ya tienes toda la ruta detallada día por día, queremos darte algunos consejos prácticos que te ayudarán a preparar el viaje y a que todo salga perfecto. Son esas pequeñas cosas que nosotros aprendimos por el camino y que te ahorrarán tiempo, dinero y algún que otro dolor de cabeza.
Si hay algo que no puedes olvidar al preparar un viaje a Indonesia, es contratar un buen seguro de viaje. Vas a estar a miles de kilómetros de casa, en un país con un sistema sanitario muy diferente al nuestro, y además, vas a hacer actividades de aventura como subir volcanes o moverte en moto. Viajar sin seguro en estas condiciones es una auténtica locura.
Nosotros, como siempre, te recomendamos el seguro de viaje de Heymondo. Llevamos años viajando con ellos y la verdad es que estamos encantados. Nunca hemos tenido un problema grave, pero sí hemos necesitado usarlo para cosas más pequeñas y siempre han respondido de maravilla. Tienen una app súper útil desde la que puedes gestionar cualquier cosa y un chat médico 24 horas que te da muchísima tranquilidad. Además, por ser lector de nuestro blog, tienes un descuento del 5% en tu seguro de viaje Heymondo. ¡No tienes excusa para no ir bien cubierto!

Afortunadamente, el clima en Java y Bali es muy similar, por lo que la recomendación general no cambia mucho. La mejor época para hacer este viaje a Indonesia 15 días es durante la estación seca, que va de abril a octubre. En estos meses disfrutarás de días soleados, menos humedad y un tiempo ideal tanto para las caminatas por los volcanes Bromo e Ijen en Java como para disfrutar de las playas y los templos en Bali.
Dentro de la temporada seca, los meses de temporada alta son julio y agosto, coincidiendo con las vacaciones en Europa y Australia. Si puedes elegir, los meses ideales son mayo, junio y septiembre. En este periodo, el clima sigue siendo excelente y te encontrarás con menos gente y precios un poco más bajos que en pleno verano.
Por otro lado, la temporada de lluvias va de noviembre a marzo. Esto no significa que llueva sin parar; lo habitual son chaparrones intensos pero cortos, sobre todo por la tarde. La gran ventaja es que hay menos turistas y la vegetación está espectacular. Sin embargo, para este itinerario en concreto, puede ser más complicado. Las subidas a los volcanes Bromo e Ijen pueden volverse muy resbaladizas y difíciles por el barro, y algunos tours podrían incluso cancelarse por seguridad.

Para terminar, aquí te dejamos una lista con otros consejos prácticos para tu viaje:
Visado para Indonesia: Si tienes pasaporte español, para un viaje de menos de 30 días no necesitas hacer nada por adelantado. Puedes obtener la “Visa on Arrival” (VoA) directamente en el aeropuerto de Yakarta al llegar. Cuesta unas 500.000 IDR (unos 30€) y te permite estar en el país 30 días. Asegúrate de que tu pasaporte tenga una validez mínima de 6 meses desde tu fecha de entrada.
Transporte: Para moverte entre ciudades o en trayectos largos con maletas, lo más cómodo es usar las aplicaciones Grab o Gojek. Funcionan como Uber y puedes pedir tanto coches como motos. Son muy baratas y te evitas tener que negociar precios. Para el día a día en Ubud, Nusa Penida o Uluwatu, lo mejor es alquilar una moto. Te da una libertad increíble.
Alquiler de moto: Para alquilar una moto te pedirán el carnet de conducir internacional. Aunque algunos sitios no te lo exijan, la policía puede pararte y multarte si no lo llevas. Te recomendamos encarecidamente que lo saques en España antes de viajar, cuesta poco dinero y te ahorras problemas. En cualquier caso, te recomendamos leer nuestra guía sobre cómo alquilar moto en Bali.
Ropa para los volcanes: Para las subidas al Bromo y al Ijen, necesitarás ropa de abrigo sí o sí. Por la noche y de madrugada en la cima hace mucho frío. Llévate un forro polar, un cortavientos, gorro, guantes y calzado de trekking cómodo. No subestimes el frío, ¡lo agradecerás!
Vestimenta en los templos: Para entrar en cualquier templo de Bali, tanto hombres como mujeres deben cubrirse las piernas y los hombros. Lo más fácil es llevar siempre un sarong (un pareo) en la mochila. En la mayoría de los templos grandes te lo alquilan o prestan en la entrada, pero es más cómodo llevar el tuyo.
Dinero: La moneda de Indonesia es la Rupia Indonesia (IDR). Aunque en hoteles y restaurantes grandes aceptan tarjeta, la mayor parte de la vida local (warungs, mercados, pequeños comercios) funciona con efectivo. Te recomendamos sacar dinero en los cajeros automáticos al llegar. Hay muchos en las zonas turísticas.

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Y hasta aquí nuestra propuesta de viaje a Indonesia en 15 días, una ruta intensa pero increíblemente gratificante que te lleva desde los paisajes volcánicos de otro planeta en Java hasta las playas paradisíacas y la cultura única de Bali. Esperamos que este itinerario te sirva de inspiración y te ayude a organizar tu propia aventura. Si tienes cualquier duda o quieres compartir tu experiencia, ¡no dudes en dejarnos un comentario! Nos encantará leerte.
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