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Por Leyre Gómez • Actualizado en octubre, 2025
Cuando estábamos organizando nuestro viaje a Bali, no parábamos de leer sobre el famoso Bali Belly. Seguro que lo has escuchado alguna vez, porque a muchos viajeros les pasa. Son esos problemas estomacales que pueden aparecer durante tu visita a la isla, y puede fastidiarte unos días de viaje si no lo tienes en cuenta. En este post te contamos qué es exactamente, cuáles son los síntomas, cómo evitarlo y qué hacer si te toca pasarlo. Sigue leyendo porque te va a venir de lujo para no tener sustos en tu viaje.

El Bali Belly es la forma en la que se conoce a la típica diarrea del viajero en Bali. Vamos, que no es ninguna enfermedad rara ni algo exclusivo de la isla, simplemente es el nombre que se le da allí a los problemas de estómago que sufren muchos turistas cuando llegan.
Normalmente aparece por bacterias, virus o parásitos que tu cuerpo no está acostumbrado a digerir. Por ejemplo, el agua del grifo en Bali no es potable, y muchas veces basta con un hielo, una fruta mal lavada o una comida que no estaba en buen estado para acabar pasando unos días con malestar.
Aunque suene alarmante, el Bali Belly suele ser molesto pero pasajero. La mayoría de los viajeros lo pasan en un par de días con reposo, hidratación y algo de medicación básica. Eso sí, conviene saber cómo prevenirlo y qué hacer si aparece para que no te arruine las vacaciones.
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Los síntomas del Bali Belly suelen empezar de repente y son bastante fáciles de reconocer. Lo más común es tener diarrea frecuente, acompañada de dolor de tripa o retortijones. Muchas veces también aparecen náuseas, vómitos o incluso algo de fiebre ligera.
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Otro síntoma muy típico es la debilidad o cansancio. Al ir tantas veces al baño, el cuerpo se deshidrata rápido y te deja sin energía, lo que hace que lo único que te apetezca sea quedarte en la cama.
En la mayoría de los casos no dura más de 24 a 72 horas, aunque puede variar según la persona y lo que haya provocado la infección. Por eso es importante beber mucha agua y rehidratarse para evitar que la cosa vaya a más.

El Bali Belly puede aparecer por varias razones, la mayoría relacionadas con la comida y el agua en la isla:
Agua del grifo: en Bali no es potable. A veces basta con beber un sorbo sin querer o tomar un hielo hecho con agua del grifo.
Comida callejera o mal conservada: puestos donde la comida lleva horas al sol o restaurantes donde no se respetan las medidas básicas de higiene.
Frutas y verduras mal lavadas: si se han limpiado con agua del grifo, pueden ser una vía directa de bacterias al estómago.
Cambios en la dieta: el cuerpo no siempre digiere bien ciertos ingredientes o especias a los que no está acostumbrado.
Utensilios o manos poco limpias: cubiertos, vasos o incluso manipulación de la comida sin la higiene necesaria.
También se suele decir que algunos viajeros acaban con Bali Belly después de hacer un ritual de purificación en templos como Tirta Empul. Es cierto que en estas ceremonias te metes en el agua y, en algunos casos, incluso incluyen dar tragos de esa misma agua. Nosotros hicimos el ritual en Tirta Empul y no tuvimos ningún problema, aunque, por supuesto, no bebimos el agua en ningún momento. Probablemente ahí esté la clave para evitar complicaciones.

Aunque no hay una fórmula mágica para asegurarte de que no te va a pasar, sí que hay varias precauciones básicas que ayudan mucho a reducir el riesgo:
No bebas agua del grifo: ni para cocinar, ni para lavarte los dientes. Siempre utiliza agua embotellada o filtrada.
Evita los hielos: a menos que estés seguro de que están hechos con agua potable.
Lava bien la fruta: y si no estás seguro de con qué agua la han lavado, mejor pélala tú mismo.
Fíjate dónde comes: la comida callejera puede estar muy rica, pero si ves que lleva horas expuesta al sol o no tiene mucha rotación, mejor busca otra opción.
Lávate las manos con frecuencia: o usa gel desinfectante antes de comer.
Cuidado con los batidos y ensaladas: a veces llevan agua o hielo mezclados y no siempre son seguros.
Usa pajita reutilizable: así evitas el contacto directo con el borde del vaso y reduces riesgos.

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Muchas veces te recomiendan no comer fruta, verdura o lechuga para evitar el Bali Belly porque no sabes cómo la han lavado. En nuestro caso, la verdad es que sí comimos, sobre todo porque estuvimos varios meses viajando por Asia y sería imposible estar tanto tiempo sin probar fruta ni verdura. Si tu viaje es corto, de unos 10 o 15 días, quizá te lo puedas plantear, pero nosotros no lo hicimos y, aun así, no hemos tenido problemas.

Si a pesar de todas las precauciones acabas con Bali Belly, lo más importante es no agobiarse. A casi todos los viajeros les pasa alguna vez y lo normal es que se pase en un par de días. Estos son algunos pasos básicos que ayudan mucho:
Hidrátate constantemente: bebe mucha agua embotellada y, si puedes, toma sueros de rehidratación o bebidas isotónicas para recuperar sales y minerales. Normalmente encontrarás sin problema en las tiendas de conveniencia.
Come ligero: opta por arroz blanco, pan tostado, plátanos o sopas suaves. Evita lo picante, frito o con demasiada grasa.
Descansa: tu cuerpo necesita parar un poco para recuperarse, así que no fuerces el ritmo de viaje.
Ten siempre papel higiénico o toallitas: en muchos baños no hay, y créenos, lo vas a agradecer.
Tómatelo con calma: aunque es incómodo, lo normal es que no dure más de 48-72 horas.
Otro punto a tener en cuenta son los gastos de gasolina, aunque ya te adelantamos que son mínimos. El litro cuesta alrededor de 70 céntimos de euro, así que llenar el depósito no supone prácticamente nada. Con 50.000 o 60.000 rupias puedes llenar el tanque por completo, lo que te permitirá recorrer bastantes kilómetros sin preocuparte.
Si hay algo que tenemos claro después de tantos viajes es que viajar sin seguro médico no es una opción. El Bali Belly normalmente se pasa sin complicaciones, pero si te toca ir al médico o necesitas medicación, lo agradecerás muchísimo. En Bali la atención médica privada es buena, pero también puede salir cara, y tener un seguro te quita de preocupaciones.
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Y hasta aquí nuestra guía sobre el Bali Belly. Esperamos que te sirva para viajar más tranquilo y, sobre todo, para evitar este mal trago durante tus días en la isla. ¿Has pasado alguna vez por el Bali Belly o tienes algún truco para prevenirlo? Cuéntanoslo en los comentarios, que seguro que tu experiencia le viene genial a otros viajeros.
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