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Por Urko Nalda • Actualizado en noviembre, 2025
Si hay un rincón de Japón que nos robó el corazón (y alguna que otra palabra de asombro), ese es, sin duda, la región de los Alpes Japoneses. Aunque la mayoría de viajeros se quedan en la clásica ruta dorada entre Tokio y Kioto, nosotros decidimos desviarnos hacia las montañas para descubrir una cara del país mucho más salvaje, auténtica y visualmente espectacular. Nosotros recorrimos esta ruta por los Alpes Japoneses durante 7 días con una caravana de alquiler, durmiendo bajo cielos estrellados y despertándonos con vistas que parecían sacadas de una postal antigua, pero no os preocupéis: este itinerario es perfecto tanto si vais en coche, en tren o en autobús. Preparaos, porque os vamos a llevar de la mano por pueblos samuráis, rutas de senderismo históricas y paisajes nevados que os harán replantearos todo vuestro viaje.

Si nos preguntáis cuál es nuestra región favorita para desconectar, probablemente os diremos que los Alpes Japoneses. Para nosotros, esta es, sin discusión, una de las zonas más bonitas de Japón. Lo que hace especial a esta región no son solo sus montañas imponentes, sino la cantidad de pueblos tradicionales que parecen haberse detenido en el tiempo y que esconden la esencia del antiguo Japón.
A pesar de que en los últimos años ha ganado popularidad entre los viajeros que buscan algo más que Tokio y Kioto, todavía es posible encontrar rincones alejados del turismo de masas donde se respira una autenticidad difícil de igualar. Es el lugar perfecto para bajar el ritmo y disfrutar de la naturaleza y la historia sin agobios.
Además, tenemos que decirlo: moverse por aquí es una maravilla. Las carreteras están genial, muy bien cuidadas y señalizadas, lo que hace que esta zona sea perfecta para recorrerla por libre. Idealmente, os recomendamos hacerlo en coche o caravana, ya que os dará una libertad total para parar donde queráis. A nosotros nos encantó la experiencia; de hecho, fue una de las partes del viaje que más disfrutamos y donde sentimos que conectamos de verdad con el país, recorriendo algunos de los mejores lugares que ver en Japón.
Nosotros dedicamos una semana completa a esta aventura, haciendo una ruta circular con salida y llegada desde Tokio. Una de las grandes ventajas de este itinerario es que las distancias no son extremadamente grandes: aunque veáis mucha montaña en el mapa, todo está bastante bien conectado. De hecho, raro fue el día en el que superamos las 3 horas de conducción total, lo que nos permitió disfrutar mucho más de las visitas sin sentir que nos pasábamos el viaje pegados al volante.
Para que os hagáis una idea rápida de cómo organizamos el tiempo, aquí tenéis el resumen día a día de nuestra ruta por los Alpes Japoneses:
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Ahora sí, vamos a destripar la ruta al detalle. Para que os sea lo más útil posible, hemos dividido este itinerario en secciones diarias donde os contamos qué ver y hacer, nuestros consejos personales y, por supuesto, la logística de cada jornada.
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Tened en cuenta que, aunque nosotros lo hicimos a nuestro ritmo con la libertad de la camper (y os indicaremos dónde dormimos cada noche con ella), este recorrido es perfectamente viable si os movéis en tren y autobús. De hecho, es una de las rutas más populares para hacer en transporte público gracias a los pases regionales.
El objetivo de esta sección es que tengáis una guía práctica y real, basada en nuestra experiencia, para que no tengáis que volveros locos cuadrando horarios. Aquí tenéis el desglose de nuestra semana de aventuras por las montañas de Japón.
Empezamos fuerte. El primer día de ruta nos llevó desde el asfalto de la capital hasta la falda del volcán más famoso del mundo. Aunque técnicamente el Monte Fuji no pertenece a los Alpes Japoneses, es la puerta de entrada perfecta si venís desde Tokio, y una parada obligatoria para ir aclimatándose a la naturaleza.
Salimos de Tokio con la camper cargada y pusimos rumbo al lago Kawaguchiko. El trayecto es bastante sencillo y conducir por autopista en Japón no tiene misterio (más allá de recordar ir por la izquierda). Llegamos por la tarde, justo a tiempo para disfrutar de una de las imágenes más icónicas de todo Japón: la Pagoda Chureito.

Seguro que habéis visto mil veces esa foto de la pagoda roja con el Fuji de fondo y, si tenéis suerte con la época, cerezos o nieve. Pues bien, la realidad supera a las fotos. Para aparcar cerca de la pagoda, nosotros optamos por uno de los parkings de los locales que hay en las inmediaciones. Son un poco más baratos que el oficial y, por 1000 yenes, pudimos dejar la camper sin problemas durante toda la visita. Merece mucho la pena subir los casi 400 escalones, especialmente al atardecer cuando la luz es mágica.
Para pasar la noche, nos dirigimos a la 📍Roadside Station Fujiyoshida. Si vais en camper, apuntad este sitio: es un Michi-no-Eki fantástico, con baños impecables, máquinas de vending y muy tranquilo para dormir. Además, ¡despertarse sabiendo que el Fuji está ahí al lado no tiene precio!
📋 Datos clave de la etapa:
Ruta: Tokio → Fujiyoshida (Zona 5 Lagos del Fuji).
Distancia recorrida: Aprox. 110 km (unas 2 horas sin tráfico).
Pernocta en camper: 📍Roadside Station (Michi-no-Eki) Fujiyoshida.

El segundo día toca madrugar un poco, pero prometemos que la recompensa vale la pena. Aprovechamos las primeras luces del día para visitar la famosa calle de la tienda de relojes Hikawa, ese encuadre brutal donde la carretera parece terminar directa en la cima del volcán. Ir a primera hora es clave para tener la foto sin coches ni gente cruzando. De ahí, nos pasamos por el icónico Lawson de Fujikawaguchiko (sí, el de las redes sociales) antes de que se formaran colas.

Con las fotos “obligatorias” ya hechas, dedicamos el resto de la mañana a recorrer alguno de los 5 lagos con calma, disfrutando de las vistas despejadas del Fuji desde la orilla. Después, pusimos rumbo al norte, hacia los Alpes de verdad. El trayecto es precioso y, si salís temprano como nosotros, llegaréis a Matsumoto justo a la hora de comer.

El plato fuerte aquí es, sin duda, el Castillo de Matsumoto. Lo llaman el “Castillo del Cuervo” por su color negro y es uno de los pocos castillos originales que quedan en Japón. Verlo reflejado en el foso con los Alpes de fondo es impresionante. Para visitar la ciudad, os dejamos un trucazo: aparcamos gratis en el parking del Matsumoto City Museum of Art. Desde allí podéis caminar al castillo y recorrer la calle Nawate (la calle de las ranas) o la histórica calle Nakamachi, llena de antiguos almacenes convertidos en tiendas y cafés con mucho encanto.
Para cerrar el día, condujimos un poco hacia el sur buscando ya la ruta del día siguiente. Pasamos la noche en la 📍Roadside Station Auto Rest Kisoji. Este sitio es un salvavidas para los que viajamos en camper, porque a diferencia de otros Michi-no-Eki, ¡tiene duchas! Algo que se agradece muchísimo si vuestra furgo es sencilla.
📋 Datos clave de la etapa:
Ruta: Hikawa Clock Shop → Lawson → Lagos del Fuji → Matsumoto → Auto Rest Kisoji.
Distancia recorrida: Aprox. 150 km (unas 3 horas de conducción total).
Pernocta en camper: 📍Roadside Station Auto Rest Kisoji (con duchas disponibles).

Hoy os traemos un día intenso, de esos que terminas cansado pero con la cámara llena de fotones. Dejamos de lado la naturaleza salvaje por un rato para meternos de lleno en la historia y recorrer el valle del Kiso, donde parece que el reloj se paró hace un par de siglos. La misión de hoy: visitar tres de las joyas mejor conservadas de la antigua ruta comercial Nakasendo.
Nuestra primera parada fue Narai Juku. Os damos un consejo de oro: madrugad. Nosotros llegamos prontito y pudimos recorrer su calle principal prácticamente solos. Es una pasada ver las casas de madera oscura, las farolas antiguas y ese ambiente de “Japón feudal” sin tener que esquivar grupos de turistas. Para dejar la camper, usamos el 📍Roadside Station Narai Kiso no Ohashi. Es gratuito, está al lado del famoso puente de madera y se llega andando al pueblo en pocos minutos.

Después de sentirnos un poco samuráis, pusimos rumbo al sur hacia Tsumago-juku. Este pueblo es otro nivel de conservación: ni cables eléctricos a la vista ni carteles modernos. Aquí no encontramos aparcamiento gratuito cerca, así que dejamos la camper en uno de los parkings habilitados en la parte baja, que cuesta unos 500 yenes.

Y para rematar el trío, a solo unos kilómetros está Magome, con sus cuestas empedradas y sus molinos de agua. Seguro que habéis leído sobre la famosa ruta a pie que conecta Magome y Tsumago (una experiencia top si tenéis tiempo). En Magome encontramos 📍este aparcamiento gratuito en la parte alta del pueblo. Ideal para aparcar y bajar paseando (eso sí, ¡luego toca subir!).

Con la dosis de historia cubierta, pusimos el GPS hacia los Alpes de nuevo y condujimos hasta Takayama. Como ya se nos había hecho un poco tarde, fuimos directos a descansar. Encontramos sitio en 📍este parking cerquita del Hida Takayama Museum of Art, una zona súper tranquila perfecta para pasar la noche y empezar a tope al día siguiente.
📋 Datos clave de la etapa
Ruta: Narai → Tsumago → Magome → Takayama.
Distancia recorrida: Unos 200 km (unas 4 horas en total).
Pernocta en camper: 📍Parking cerca del Hida Takayama Museum of Art.

Después de los kilómetros de ayer, hoy el plan es mucho más relajado: disfrutar de Takayama a pie. Este pueblo es, sin exagerar, una de las joyas de los Alpes Japoneses. Tiene un casco histórico tan bien conservado que parece un decorado de película, con sus casas de mercaderes de madera oscura, destilerías de sake centenarias y un ambiente que te atrapa desde el minuto uno.
Para visitar la ciudad, nosotros dejamos la camper en el 📍parking del supermercado Boss Foods Market Honten. Es gratuito y no tuvimos ningún problema para aparcar allí mientras explorábamos el centro (además, perfecto para hacer compra de provisiones a la vuelta).

¿Qué lugares de Takayama no os podéis perder? Lo primero, madrugar un poco para ver los mercados matutinos (Asaichi) junto al río Miyagawa; tienen un ambiente súper local. Después, perdeos por Sanmachi Suji, el barrio histórico lleno de tiendecitas y fábricas de sake (identificables por las bolas de cedro colgadas en la puerta) donde hacer alguna cata es casi obligatorio. También merece mucho la pena visitar el Takayama Jinya, la antigua oficina del gobierno feudal, y si os gusta la arquitectura, el museo al aire libre Hida no Sato a las afueras es espectacular. Y por supuesto, ¡probad la ternera de Hida! Se deshace en la boca.

Para dormir, tenéis dos opciones. Podéis repetir en el parking gratuito cerca del museo de arte donde pasamos la noche anterior si vais en modo ahorro. Pero si os apetece algo más de comodidad, una ducha caliente o necesitáis enchufar la camper, os recomendamos el camping 📍嵓 KURA Nagomi Hida Takayama. Es un sitio estupendo, pero eso sí, intentad contactar con ellos antes para reservar porque no es muy grande.
📋 Datos clave de la etapa:
Ruta: Día completo explorando Takayama a pie.
Distancia recorrida: 0km.
Pernocta en camper: Opción gratis: 📍Parking cerca del Hida Takayama Museum of Art; Opción de pago: 📍Camping KURA Nagomi (con reserva).

Hoy toca adentrarse en lo más profundo de las montañas para visitar dos lugares que son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y que parecen sacados de un cuento: Shirakawa-go y Gokayama. Lo que hace únicos a estos pueblos son sus famosas casas de estilo Gassho-zukuri. “Gassho” significa “manos unidas en oración”, y se llaman así porque sus enormes tejados de paja a dos aguas, muy inclinados, recuerdan a unas manos rezando. Esta forma no es casualidad: está pensada para soportar las tremendas nevadas que caen aquí en invierno sin hundirse.
Nuestra primera parada fue Shirakawa-go, la aldea más grande y famosa. Pasear por Ogimachi (el núcleo principal) es una experiencia increíble, con los arrozales rodeando las casas y las montañas de fondo. No os perdáis subir al mirador Shiroyama para tener la típica vista panorámica de postal de todo el valle. En cuanto al aparcamiento, aquí toca pasar por caja: nosotros dejamos la camper en los parkings habilitados de la zona turística, que cuestan unos 2000 yenes. Es un precio algo elevado, pero es la opción más cómoda ya que aparcar en el propio pueblo está restringido para residentes y las alternativas quedan bastante lejos caminando.

Si queréis ver algo similar pero con menos aglomeraciones, la siguiente parada es la región de Gokayama, concretamente las aldeas de Ainokura o Suganuma. Son más pequeñas y tranquilas que Shirakawa-go, perfectas para disfrutar de la arquitectura tradicional con más calma y silencio. Aunque son menos turísticas, mantienen ese encanto rural auténtico que hace tan especial a esta zona de los Alpes.
Al terminar las visitas, condujimos hasta la costa para dormir ya en nuestro siguiente destino. Pasamos la noche en la 📍Kanazawa Truck Station, un sitio funcional y tranquilo donde descansar. Y os dejamos un dato top: muy cerca encontramos 📍esta gasolinera que tenía duchas gratuitas e impecables. Nosotros aprovechamos para ir a la mañana siguiente antes de empezar el recorrido por Kanazawa y nos vinieron de lujo para arrancar el día como nuevos.
📋 Datos clave de la etapa
Ruta: Takayama → Shirakawa-go → Gokayama → Kanazawa.
Distancia recorrida: Unos 130-140 km en total (unas 3h de carretera).
Pernocta en camper: 📍Kanazawa Truck Station (y duchas gratis en la gasolinera cercana).

El sexto día lo dedicamos por completo a descubrir Kanazawa, una ciudad que nos sorprendió muchísimo. Para visitar la ciudad, dejamos la caravana (de forma gratuita) en el parking del supermercado Marue Hikosoten. A menudo la llaman “la pequeña Kioto”, y aunque las comparaciones son odiosas, es verdad que Kanazawa tiene un patrimonio histórico brutal. Aquí no os podéis perder el Jardín Kenroku-en, considerado uno de los tres jardines más bonitos de todo Japón (y con razón). Justo al lado está el Castillo de Kanazawa, perfecto para dar un paseo por sus enormes explanadas.

Otro imprescindible es el distrito de Higashi Chaya, el barrio de las geishas, con sus casas de madera tradicionales donde todavía se respira ese aire elegante del pasado. Y para cambiar de tercio, acercaos al barrio samurái de Nagamachi, donde podréis ver las antiguas residencias de los guerreros, con sus muros de adobe amarillento. Si os gusta el arte moderno, el Museo del Siglo XXI es otra parada obligatoria (aunque sea solo para ver su famosa piscina).

Pero si hay algo que se nos quedó grabado de Kanazawa fue la comida. Tenéis que ir sí o sí a Kourin Sushi. Os lo decimos en serio: fue el mejor sushi en calidad-precio de todo el viaje. El sitio es pequeño y muy popular, así que intentad reservar por teléfono si podéis. Si no lo conseguís (como nos pasó a nosotros), tranquilos: fuimos unos 20 minutos antes de que abrieran y, aunque tuvimos que esperar a que terminara el primer turno de reservas, conseguimos entrar. La espera merece cada minuto.
Por la tarde, con el estómago feliz, tocó carretera y manta. Hicimos el trayecto largo desde Kanazawa hasta la zona de Nagano para estar ya colocados para la mañana siguiente. Es una tirada larga, así que si preferís tomárolo con calma, podéis buscar algún punto intermedio para dormir. Nosotros decidimos hacer el esfuerzo y llegar hasta la 📍Roadside Station Kitashinshu-Yamanouchi, un Michi-no-Eki estratégico porque te deja a las puertas del parque de los monos para el día siguiente.
📋 Datos clave de la etapa:
Ruta: Visita de Kanazawa → Traslado a Nagano/Yamanouchi.
Distancia recorrida: Aprox. 250km (unas 3 horas y media).
Pernocta en camper: 📍Roadside Station Kitashinshu-Yamanouchi (cerca de Jigokudani).

Y llegamos al final de la ruta, pero con uno de los platos fuertes del viaje, aunque con un matiz importante. Nos despertamos en Yamanouchi con el objetivo de visitar el Parque de monos de Jigokudani, famoso por los macacos que se bañan en las aguas termales. Eso sí, tened en cuenta que estos animales bajan a las termas principalmente en temporadas frías. La imagen idílica de los monos en el agua rodeados de nieve se da sobre todo en invierno; si viajáis en verano o épocas de mucho calor, es probable que los monos estén por el monte y no en el agua, por lo que quizás no os merezca tanto la pena el desvío.

Dicho esto, si vais en época adecuada, verlos interactuar entre ellos con sus caras rojas y relajadas en el vapor es una experiencia única. Podéis aparcar de forma gratuita en los parkings que hay junto al acceso al sendero, pero ojo, porque ese sendero son unos 30 minutos por el bosque para llegar a las termas, así que llevad calzado cómodo.

Aunque la zona de Nagano tiene varios lugares que se pueden visitar, nosotros andábamos justos de días y el objetivo principal era visitar los monos, por lo que después de la visita decidimos darnos un capricho y ya volver hacia Tokio. Fuimos al Kanbayashi Hotel Senjukaku y reservamos un onsen privado. Pagamos 1500 yenes por persona y os aseguramos que fue súper recomendable: bañarse en esas aguas termales con vistas a la naturaleza fue el broche de oro perfecto para despedir los Alpes.

Si vosotros tenéis más tiempo, la zona de Nagano da para mucho más. Podéis acercaros a visitar el impresionante Templo Zenko-ji, uno de los más importantes de Japón (dicen que guarda la primera estatua de Buda que llegó al país), o explorar el santuario de Togakushi, famoso por su avenida de cedros gigantes y sus fideos soba.
En nuestro caso, tras el relax del onsen, tocó poner rumbo de vuelta a Tokio. Tened en cuenta un detalle logístico importante: normalmente las empresas de alquiler de camper no permiten devoluciones muy tarde. Si veis que no llegáis a tiempo o preferís no apurar, podéis hacer noche de camino en la 📍Ogawamachi Rest Area (Michi-no-Eki). Está a una distancia estratégica de la capital para dormir tranquilos y devolver la furgoneta a la mañana siguiente sin estrés.
📋 Datos clave de la etapa:
Ruta: Jigokudani → (Nagano) → Tokio.
Distancia recorrida: Unos 250 km de vuelta a la capital.
Consejo final: Si no llegáis a devolver la camper, podéis pernoctar en 📍Ogawamachi Rest Area (Michi-no-Eki).
Como sabemos que una imagen vale más que mil palabras (y que en medio de la montaña lo que quieres es ir al grano), os hemos preparado este mapa interactivo con todo el itinerario detallado. Aquí tenéis marcados todos los puntos que os hemos contado. Podéis guardarlo directamente en vuestro móvil para tenerlo siempre a mano durante el viaje.
Si nos preguntáis si repetiríamos este viaje sobre ruedas, la respuesta es un SÍ rotundo. Hacer esta ruta en camper ha sido una de las mejores decisiones de nuestro viaje. Nos dio una libertad absoluta para parar donde quisiéramos, dormir con vistas alucinantes y cambiar los planes sobre la marcha sin depender de horarios de trenes.
Sabemos que conducir en un país extranjero impone respeto, pero quitáos el miedo: conducir por Japón es sorprendentemente sencillo. Es verdad que van por la izquierda, pero te acostumbras en los primeros 10 minutos. Las carreteras están en un estado impecable, los conductores locales son súper respetuosos (cero estrés al volante) y los límites de velocidad son bajos, lo que invita a disfrutar del paisaje, que por cierto, es increíble en cada curva de los Alpes.
Para el alquiler confiamos en Tokyo RV Campers y la experiencia fue un 10/10. Desde el primer momento el trato fue brutal (y súper importante: hablan inglés perfectamente, lo que facilita mucho la gestión). La camper estaba genial, súper cuidada y equipada al detalle. Además, puedes alquilar con ellos todos los extras necesarios (ropa de cama, utensilios de cocina, etc.) para no tener que cargar con nada. Un punto clave es que te incluyen el dispositivo ETC, fundamental para pagar los peajes de las autopistas de forma automática sin tener que parar a buscar monedas. Si os animáis a la vanlife japonesa, os los recomendamos al 100%.

Si la idea de conducir por la izquierda no os convence o preferís viajar más relajados sin estar pendientes del volante, ¡tranquilos! Esta ruta es perfectamente viable (y muy popular) usando el transporte público. Japón tiene una red envidiable y los Alpes no son una excepción.
La forma más eficiente de moverse entre las ciudades principales como Matsumoto, Takayama, Kanazawa y Nagano es combinando trenes y autobuses exprés. Por ejemplo, el tren Limited Express Hida que conecta Nagoya con Takayama ofrece unas vistas panorámicas brutales del valle que no tienen nada que envidiar a la carretera. Para tramos específicos donde no llega el tren, como Shirakawa-go, existen líneas de autobuses muy frecuentes (como los de Nohi Bus) que conectan Takayama, Kanazawa y las aldeas históricas.
Una opción muy interesante para ahorrar si os movéis en transporte público es valorar pases regionales como el JR Takayama-Hokuriku Area Tourist Pass. Este pase suele cubrir gran parte de la ruta circular, incluyendo los trayectos en tren entre Nagoya-Takayama-Kanazawa y los autobuses a Shirakawa-go, lo que puede salir mucho más a cuenta que comprar los billetes sueltos. Así que, coche o tren, no tenéis excusa para perderos esta maravilla.

Esta es la pregunta del millón, y la respuesta honesta es que depende totalmente de qué tipo de viaje busques. Los Alpes Japoneses son una de esas regiones que cambian radicalmente de piel con cada estación, ofreciendo paisajes tan distintos que casi parecen países diferentes. No hay una época “mala”, pero sí experiencias muy opuestas.
Si sois amantes de los paisajes invernales, de diciembre a febrero la zona se convierte en un paraíso blanco. Ver las casas de Shirakawa-go cubiertas por metros de nieve o a los monos de Jigokudani bañándose entre copos es mágico, aunque requiere ir bien preparado para el frío y la conducción con nieve.
Por el contrario, la primavera (abril-mayo) y el verano son ideales para el senderismo. La ruta Nakasendo y las caminatas por Kamikochi lucen un verde explosivo, las temperaturas son perfectas para dormir en camper y se respira mucha vida en los pueblos. Y no nos olvidemos del otoño (octubre-noviembre), cuando las montañas se tiñen de rojo y naranja con el momiji, creando un contraste espectacular con los castillos negros como el de Matsumoto.

Ahora que ya tenéis clara la ruta y cómo moveros, queremos cerrar esta guía con esos consejos y detalles prácticos que marcan la diferencia sobre el terreno. Durante nuestros 7 días nos dimos cuenta de algunas cosillas específicas de esta zona que vale la pena tener en mente para que nada os pille desprevenidos:
Esto es básico siempre que se viaja, pero en una ruta como esta cobra más sentido todavía. Estamos hablando de una zona de montaña, donde vais a hacer senderismo, moveros por carretera (quizás con nieve) y estar lejos de las grandes ciudades. No os la juguéis. Nosotros siempre viajamos con Heymondo y para Japón es el que mejor nos funciona, especialmente por su app de asistencia 24h que te resuelve cualquier duda al instante.
Además, sus pólizas cubren deportes de aventura (como el trekking que haréis en la Nakasendo) y tienen coberturas de gastos médicos altísimas, algo imprescindible en Japón donde la sanidad es muy cara. Por ser lectores del blog, tenéis un 5% de descuento aplicado directamente si lo contratáis desde nuestro enlace. Viajar tranquilo no tiene precio, y menos cuando estás en medio de los Alpes.
Para nosotros, la duración ideal es una semana. En 7 días nos dio tiempo a ver lo esencial sin ir con la lengua fuera, disfrutando de los contrastes entre naturaleza y pueblos históricos. Sin embargo, este itinerario es totalmente flexible: si vais justos de tiempo, podéis recortar días (por ejemplo, saltándoos Nagano o haciendo Shirakawa-go como excursión de un día) y quedaros con una ruta de 4 o 5 días centrada en Matsumoto y Takayama.
Pero siendo sinceros, a nosotros se nos quedaron cosas en el tintero. La zona es tan rica que podrías estar fácilmente 10 días y seguir descubriendo rincones increíbles. Nos quedamos con las ganas de visitar ciudades como Takaoka y Toyama, haber pasado un día extra explorando más a fondo la zona de Nagano o incluso haber dedicado una jornada completa para recorrer a pie el tramo de la Nakasendo entre Magome y Tsumago. Así que, si tenéis margen en vuestro calendario, no dudéis en añadir días extra, esta región os los va a agradecer con creces.


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Esperamos que esta guía detallada os sea de gran utilidad para organizar vuestro itinerario por los Alpes Japoneses. Hemos intentado recopilar toda la información práctica que nos hubiese gustado tener antes de nuestra partida, basándonos en nuestra experiencia real en la carretera. Si os ha quedado alguna duda sobre la ruta, la conducción o la logística del viaje, os animamos a dejar vuestra consulta en los comentarios. Vuestras preguntas no solo nos ayudan a nosotros a mejorar el contenido, sino que también son útiles para otros viajeros que estén planificando su aventura. Y si ya conocéis la zona, ¿añadiríais alguna parada imprescindible que se nos haya escapado?
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