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Por Urko Nalda • Actualizado en agosto, 2025
China es un país que impresiona por su tamaño, su diversidad y la cantidad de lugares únicos que alberga. Durante nuestro viaje descubrimos ciudades llenas de historia, paisajes que parecen de otro planeta y rincones donde la cultura tradicional sigue muy viva. Si te preguntas qué ver en China, hemos reunido una lista de destinos imprescindibles que te servirá como punto de partida para planificar tu ruta y decidir cuáles quieres incluir en tu aventura por este fascinante país.

China es un país que nos sorprendió desde el momento en el que pusimos un pie en él. Tiene una historia enorme y una cultura que se nota en cada detalle, desde las calles de sus gigantescas ciudades hasta las tradiciones que siguen vivas en pueblos más pequeños. Nosotros pasamos 28 días recorriéndolo y, aunque habíamos leído mucho antes de ir, nada nos preparó para todo lo que encontramos.
Lo primero que hay que tener en cuenta antes de organizar un viaje a China es que su tamaño es enorme, las distancias entre lugares son gigantes, y eso puede asustar un poco al planificar un viaje. Por suerte, la red de trenes de alta velocidad funciona realmente bien, y fue la forma principal que usamos para movernos entre ciudades. Es rápido, cómodo y muy puntual, algo que nos facilitó mucho el viaje.
Nosotros teníamos claro que queríamos recorrer China por libre y, desde nuestra experiencia, es la mejor manera de hacerlo. Eso sí, no es un destino para improvisar demasiado: los trenes se suelen agotar con bastante antelación y hay entradas a sitios que es mejor reservar con tiempo. Organizar bien el viaje ayuda a evitar sorpresas y a aprovechar mejor cada parada. Para los que queráis evitaros el trabajo de planificación, os recomendamos echar un vistazo a las siguientes rutas organizadas:
Si eres de los aventureros, para ayudarte con esa planificación, hemos preparado este artículo en el que os contamos las 15 mejores cosas que ver en China, de este modo podéis echar un vistazo a los lugares más destacados del país y empezar a acotar un poco vuestro itinerario.
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Y si necesitáis algo más de información sobre el país, aquí podéis encontrar una lista de artículos para que podáis organizar vuestra aventura de la mejor manera:
TABLA DE CONTENIDOS

Ha llegado el momento de hablar de qué ver en China. Hemos seleccionado 15 lugares que para nosotros son imprescindibles y que muestran diferentes caras del país: desde ciudades llenas de historia hasta paisajes naturales que parecen de otro mundo. Estos sitios te ayudarán a empezar a darle forma a tu ruta y a decidir qué te apetece descubrir.
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Pekín es sin duda uno de los destinos que no pueden faltar cuando piensas en qué ver en China. Es la capital del país y también una ciudad con innumerables puntos de interés. Nosotros pasamos aquí un total de 7 noches, el punto de la ruta en el que más nos detuvimos, porque hay mucho por descubrir y varias actividades que requieren al menos un día completo para disfrutarlas bien.
La ciudad está llena de monumentos, palacios y calles con un ambiente muy especial. Desde la Ciudad Prohibida hasta la Plaza de Tiananmen, Pekín ofrece un recorrido fascinante por la historia de China. Además, puedes pasear por los hutongs, esos barrios tradicionales donde la vida cotidiana sigue muy viva, y probar la gastronomía local en mercados y restaurantes.
Hay varias actividades que te recomendamos reservar con antelación porque las entradas son limitadas y tienden a agotarse. Ten en cuenta que China es un país con casi 1.400 millones de habitantes a los cuales les encanta viajar, por lo que muchos lugares son bastante concurridos por los propios turistas chinos. Aquí te dejamos los enlaces a las más destacadas para que puedas asegurar tu reserva:

La Gran Muralla China necesita poca presentación. Es una de las 7 maravillas del mundo moderno y lo es por méritos propios. Su construcción comenzó en el siglo III a.C., durante la dinastía Qin, y se fue ampliando y reforzando a lo largo de varios siglos, especialmente bajo la dinastía Ming. Su propósito era proteger el imperio de las invasiones y controlar las rutas comerciales que conectaban China con el resto de Asia. En su momento llegó a tener más de 21.000 kilómetros, atravesando montañas, valles y desiertos. Hoy en día se conservan varios tramos que se pueden visitar y cada uno ofrece una experiencia diferente.
Nosotros elegimos la zona de Mutianyu, a la que llegamos desde Pekín, y la verdad que nos encantó la experiencia. No es el tramo más auténtico, porque está muy acondicionado para el turismo, pero eso no quita que sea impresionante caminar por sus torres y disfrutar de las vistas.
Este tramo está bastante alejado de Pekín, por lo que creemos que la mejor forma de llegar es con un conductor privado que te lleve, te espere y te traiga de vuelta a la ciudad, si quieres el contacto del nuestro, déjanos un comentario y lo compartiremos encantados. Otra opción es hacerlo con una visita organizada desde Pekín, que incluye transporte y entrada, ideal si no quieres complicarte con la logística.

El Parque Nacional de Zhangjiajie es uno de esos lugares que te dejan sin palabras y, sin duda, un imprescindible cuando piensas en qué ver en China. Es un parque gigantesco, con paisajes tan impresionantes que inspiraron al director de Avatar para crear Pandora. Montañas verticales cubiertas de vegetación, miradores infinitos y senderos que parecen llevarte a otro mundo.
Si quieres recorrerlo entero, necesitarás varios días, pero incluso con uno o dos ya puedes hacerte una buena idea de su magia. Lo mejor es alojarse en Wulingyuan, a pocos minutos de la entrada principal, y llegar a primera hora de la mañana. Eso sí, aunque madrugues, habrá cientos de personas esperando antes de que abran, así que tenerlo para ti es prácticamente imposible. Por suerte, el parque es enorme y se puede disfrutar sin problema a pesar de la gente.
Nosotros visitamos lo visitamos por libre y gestionamos las entradas a través de nuestro alojamiento de Wulingyuan. No obstante, si prefieres ahorrarte complicaciones, puedes contratar este Tour de 3 días por el Parque Nacional de Zhangjiajie, que incluye las entradas, el alojamiento y las comidas.
Entre los puntos más destacados, para nosotros sobresale el ascensor de cristal Bailong, que sube 326 metros en menos de dos minutos y ofrece unas vistas increíbles. También la zona de las montañas de Avatar, que justifican por sí solas el viaje hasta aquí. Nos quedamos con las ganas de visitar el famoso puente de cristal que une dos acantilados, pero no teníamos más días.
En resumen, el Parque Nacional de Zhangjiajie es un lugar único, perfecto para quienes buscan naturaleza espectacular y paisajes que parecen de otro planeta.

La montaña de Tianmen, también conocida como la Puerta del Cielo, es otro de esos lugares que no te puedes perder si te preguntas qué ver en China. Aunque está muy cerca del Parque Nacional de Zhangjiajie , es un sitio completamente diferente y requiere entradas distintas. Del mismo modo que con el Parque Nacional de Zhangjiajie , nos reservaron las entradas desde nuestro alojamiento de Wulingyuan, pero si prefieres hacerlo por tu cuenta, puedes reservarlas a través de este enlace.
Aquí se encuentra el teleférico más largo del mundo, una experiencia en sí misma. Nosotros optamos por la ruta A, que sube directamente hasta la parte alta del recorrido y te lleva bajando poco a poco hasta la base de la Puerta del Cielo. Arriba hay un recorrido circular muy recomendable, aunque en verano el calor puede ser sofocante.
Durante el paseo encontrarás varios caminos con suelo de cristal, que impresionan incluso a quienes no tienen vértigo, y otros miradores y puntos de interés repartidos a lo largo del circuito. Finalmente, el descenso hacia la base de la Montaña de Tianmen te deja frente a una escalera impresionante de 999 peldaños, rodeada de acantilados.
Por la noche, la montaña se ilumina con un espectáculo de luces, aunque nosotros no llegamos a quedarnos para verlo. Aun así, la visita merece mucho la pena y combina paisajes espectaculares con experiencias únicas como el teleférico o las pasarelas de cristal.

Shanghái es una de las ciudades más modernas de China, un lugar donde los rascacielos futuristas conviven con barrios tradicionales y templos centenarios. Es un destino imprescindible sobre todo para entender el contraste entre la tradición y la innovación que caracteriza al país.
Uno de los puntos más icónicos es The Bund, un paseo junto al río Huangpu desde donde se obtienen las mejores vistas del skyline del distrito de Pudong, especialmente al atardecer, cuando las luces de los edificios se reflejan en el agua. En Pudong destacan la Torre de Shanghái (el segundo edificio más alto del mundo), la Torre de la Perla Oriental y el World Financial Center, todos con miradores impresionantes.
Una buena forma de empezar a conocer la ciudad es con un free tour por el centro de Shanghái. Durante el recorrido se visitan lugares como People’s Square, el Parque del Pueblo con su curioso mercado matrimonial, el histórico antiguo Barrio Rojo, la animada East Nanjing Road y, por supuesto, The Bund.
Además, Shanghái es un buen punto de partida para explorar lugares cercanos en excursiones de un día. Las más populares son la visita de un día a Suzhou, famosa por sus canales y jardines, y la excursión a Zhujiajiao, un pintoresco pueblo de agua con calles empedradas y puentes antiguos.
Chengdu es una ciudad enorme, con casi 22 millones de habitantes, y famosa en todo el mundo por sus pandas gigantes. Toda la ciudad gira en torno a ellos, y uno de los lugares más visitados es el Centro de Conservación e Investigación del Panda Gigante. Nosotros estuvimos allí y, aunque es interesante ver a estos animales tan de cerca, en la práctica es un zoológico y suele estar muy masificado.
Más allá de los pandas, Chengdu es la base perfecta para visitar uno de los lugares que más nos impresionó en todo el viaje: el Buda Gigante de Leshan, que veremos en detalle en el siguiente apartado. Además, la ciudad ofrece muchas actividades para disfrutarla al máximo. Se puede descubrir con una visita guiada por Chengdu, probar su famosa gastronomía picante o incluso apuntarse a una clase de cocina para aprender a preparar platos típicos de Sichuan.
Otra excursión muy popular desde aquí es la visita que combina el Monte Qingcheng y Dujiangyan, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es una forma estupenda de conocer la historia y el paisaje de la región.
A nosotros las ciudades grandes nos encantan y Chengdu no iba a ser menos. Mezcla el ritmo y la modernidad de una gran metrópolis con rincones tranquilos, mercados, templos y ese toque único que le da su cultura gastronómica y su amor por los pandas.

El Gran Buda de Leshan es, sin duda, una de las mejores visitas que ver en China. Esta impresionante estatua tallada en la roca mide 71 metros de altura y fue construida durante la dinastía Tang, en el siglo VIII, con el objetivo de calmar las aguas turbulentas en la confluencia de tres ríos: el Min Jiang, el Dadu y el Qingyi. Se cree que su enorme presencia protegía a los navegantes, y hoy sigue siendo uno de los símbolos más icónicos del país.
Nosotros fuimos en tren desde Chengdu hasta Leshan, un trayecto rápido y cómodo que se puede reservar directamente en Trip.com. Desde la estación de Leshan, cogimos un Didi (el equivalente chino a Uber, muy barato) hasta el complejo, que está a unos 35 minutos. Una vez allí, descubrimos que hay dos zonas principales que merece la pena recorrer: la del propio Gran Buda de Leshan y otra zona llamada Capital del Buda Oriental, que también es muy interesante. Recomendamos visitar ambas porque son impresionantes y muestran diferentes aspectos de la historia y espiritualidad de la región.
Si prefieres no complicarte, también puedes unirte a esta visita guiada al Buddha de Leshan + Reserva de Pandas.
El paseo por el recinto incluye bajar por una estrecha escalera de piedra para ver al Buda desde los pies, lo que permite apreciar aún más su magnitud. Eso sí, dependiendo de la hora, puede haber bastante cola para acceder a esta zona.
Es un lugar que combina historia, religión y un paisaje fluvial único. No es de extrañar que sea Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y una visita imprescindible si estás en la provincia de Sichuan.

Los Guerreros de Terracota de Xi’an son uno de los candidatos a maravilla del mundo y, sin duda, uno de los lugares más famosos que ver en China. Nosotros teníamos las expectativas muy altas y quizás por eso no nos sorprendió tanto como esperábamos. Aun así, la visita nos pareció espectacular y única, aunque, para ser sinceros, nos gustó un poco más el Buddha gigante de Leshan.
Este increíble conjunto arqueológico fue descubierto en 1974 por campesinos que estaban excavando un pozo. Desde entonces, las excavaciones y las investigaciones continúan en marcha para descubrir más guerreros y entender mejor su historia. Se cree que estas figuras fueron enterradas hace más de 2.200 años para proteger la tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huang.
Las entradas se pueden reservar a través de su aplicación de Wechat (buscando 兵马俑 y pulsando en el subapartado 在线购票) o si prefieres no complicarte, directamente desde este enlace.
El museo de los Guerreros de Terracota está a aproximadamente una hora del centro de Xi’an, y recomendamos calcular al menos un par de horas para recorrerlo con calma y disfrutar de las distintas galerías y áreas de excavación. Además de los guerreros, se pueden ver carros, armas y otros objetos que acompañaban al ejército en su viaje al más allá.
La visita es un viaje fascinante a la historia antigua de China y una parada obligatoria para quienes quieren conocer en profundidad su pasado.

Nosotros visitamos Fenghuang durante nuestro itinerario de 4 días por Zhangjiajie y nos encantó. Esta ciudad milenaria tiene calles preciosas y rincones que parecen sacados de una película. Prepárate para echarte cientos de fotos y disfrutar del ambiente único que se respira.
Uno de los detalles que más nos llamó la atención es la cantidad de turistas locales que vienen aquí vestidos con trajes tradicionales para hacerse sesiones de fotos en los muchos spots que hay a lo largo del río. Es un espectáculo que añade aún más encanto a la visita.
Fenghuang tiene una historia de más de 1.300 años y fue un importante centro comercial y cultural para la minoría étnica miao y otras comunidades de la zona. La ciudad mantiene su arquitectura tradicional bien conservada, con casas de madera, puentes antiguos y calles empedradas que te trasladan en el tiempo.
Está bastante cerca de Zhangjiajie y la mejor forma de llegar es en tren. Como siempre, puedes reservar los billetes fácilmente en Trip.com para organizarte con tiempo y evitar complicaciones. Si lo prefieres, también puedes visitarlo como parte de esta excursión de un día a Fenghuang y Furong desde Zhangjiajie



Furong es otro pueblo cercano a Fenghuang que también suele estar en la ruta de quienes pasan varios días en la zona de Zhangjiajie. Es igual de impresionante, sobre todo por la cascada que cae en medio del pueblo, un paisaje realmente llamativo.
De nuevo, si lo prefieres se puede visitar desde Zhangjiajie con esta excursión de un día a Fenghuang y Furong, pero si puedes, te recomendamos pasar al menos una noche en Furong para disfrutar del ambiente cuando se encienden las luces y el pueblo adquiere un aire diferente.

Datong es conocida sobre todo por tener uno de los tesoros históricos más impresionantes del país: las grutas de Yungang. Este complejo de cuevas talladas en la roca es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y cuenta con miles de estatuas y relieves budistas que datan del siglo V. Se pueden visitar por libre, aunque si quieres conocer mejor su historia y simbolismo, también puedes hacerlo con esta excursión guiada por las grutas de Yungang.
Muy cerca de la ciudad también se encuentra otro de los grandes atractivos de la zona: el Templo Colgante de Hengshan, un santuario construido sobre un acantilado que parece suspendido en el aire. Es, sin duda, una de las visitas más sorprendentes que puedes hacer en China.
Además, la ciudad conserva partes de su antigua muralla y algunos templos que merecen la pena si tienes tiempo extra.

Pingyao es otro de esos pueblos que parecen detenidos en el tiempo y, sin duda, uno de los mejores ejemplos de ciudad amurallada tradicional que ver en China. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, su centro histórico está increíblemente bien conservado, con calles empedradas, casas tradicionales y murallas que datan de la dinastía Ming.
Nosotros pasamos dos días en Pingyao y fue todo un acierto, porque aunque es pequeño, merece la pena recorrerlo con calma. La entrada al pueblo es gratuita, pero para acceder a muchos de sus edificios históricos (templos, museos y residencias tradicionales) necesitarás pagar una entrada o comprar este ticket combinado. Este pase te permite visitar lugares como la antigua Oficina del Gobierno, la Torre del Mercado o varios templos taoístas y confucianos que conservan su decoración original.
Una de las mejores formas de descubrir Pingyao es simplemente perderse por sus calles por libre, sobre todo al atardecer, cuando las farolillas rojas se encienden y la ciudad parece sacada de una película. Además, si lo prefieres puedes contratar esta visita guiada en grupo, que te ayudará a entender mejor la historia y las curiosidades del lugar.
La ciudad también es conocida por sus artesanías y por la gastronomía local, así que no dejes de probar los fideos youmian kao lao lao o el vinagre balsámico típico de la zona. Y si tienes tiempo, sube a las murallas para tener una vista panorámica de todo el casco antiguo.

Kaifeng fue nuestra primera parada en la provincia de Henan y una ciudad que nos sorprendió por la cantidad de historia que esconde en cada rincón. Pasamos dos noches aquí y nos dio tiempo a disfrutar de algunos de sus lugares más emblemáticos, que combinan tradición, leyendas y un ambiente muy diferente al de otras grandes ciudades chinas.
Si tuviéramos que quedarnos con un solo lugar, sería el Millennium City Park. Este enorme complejo recrea la vida durante la dinastía Song y ofrece multitud de espectáculos y actividades que te transportan siglos atrás. Representaciones teatrales, desfiles y exhibiciones de artes tradicionales convierten la visita en algo muy especial, sobre todo si te interesa la historia de China.
Otros puntos de interés que merecen un hueco en tu itinerario son el Kaifeng Fu, antigua sede del gobierno local; el Templo del Gran Dragón, un importante lugar de culto con una atmósfera muy tranquila; y la Pagoda de Hierro, famosa por su estructura de ladrillo esmaltado que ha resistido terremotos e inundaciones durante más de 900 años.
Kaifeng es además una ciudad perfecta para pasear al atardecer, cuando sus calles se llenan de luces y puestos de comida callejera. Si quieres empaparte de la cultura local, no dejes de probar algunas especialidades de la provincia de Henan en sus mercados nocturnos.

Luoyang fue una de las paradas más completas de nuestro viaje por la provincia de Henan. Pasamos aquí tres noches y la usamos como base para explorar dos de los lugares más famosos de toda China: las Grutas de Longmen y el Templo Shaolin.
Las Grutas de Longmen, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son un complejo impresionante de más de 100.000 estatuas budistas excavadas en la roca a lo largo del río Yi. Algunas son del tamaño de la palma de la mano y otras alcanzan varios metros de altura. Caminar por sus pasarelas, viendo cómo el sol ilumina las esculturas al atardecer, es una experiencia que se queda grabada en la memoria. Si quieres comprar las entradas con antelación, puedes hacerlo desde este enlace.
A un par de horas en bus se encuentra el Templo Shaolin, conocido mundialmente como la cuna del kungfu. Si no quieres complicarte, te recomiendo visitarlo uniéndote a esta excursión de un día al Monasterio Shaolin desde Luoyang. Además de visitar el templo y aprender sobre su historia, aquí puedes ver exhibiciones de artes marciales que son auténticas demostraciones de disciplina y destreza. También merece la pena recorrer el Bosque de Pagodas, un conjunto de tumbas de monjes que forma un paisaje muy especial.
Dentro de Luoyang, uno de los puntos más agradables para pasear es la orilla del río Yi, sobre todo al atardecer. Desde aquí también puedes visitar el Templo Xiangshan, con sus jardines y arquitectura tradicional, un remanso de paz en medio de la ciudad.
Si tu visita coincide con la primavera, no te pierdas el Festival de la Peonía, que convierte Luoyang en un espectáculo de color y atrae a visitantes de todo el país. Y si buscas algo más de historia, la Antigua Ciudad de Luoyang ofrece calles peatonales, templos y mercados que te transportan a su época como una de las capitales más antiguas de China.

Vamos a terminar esta lista de las 15 mejores cosas que ver en China con la ciudad más grande del país, Chongqing. Con más de 30 millones de habitantes, su paisaje urbano parece sacado de una película de ciencia ficción, por lo que muchos la llaman la “ciudad cyberpunk”. Es un lugar donde los rascacielos se mezclan con puentes iluminados, trenes que atraviesan edificios y calles llenas de vida a cualquier hora del día. Nosotros no tuvimos la suerte de incluirla en nuestro itinerario, pero es una de esas ciudades a las que volveremos seguro.
Entre las cosas más habituales que hacer en Chongqing, destaca un paseo por Hongya Cave, un complejo de varios pisos construido sobre un acantilado, que por la noche se ilumina con miles de luces y se convierte en uno de los lugares más fotografiados de la ciudad. Otro imprescindible es subir al mirador de Raffles City para tener vistas panorámicas del río Yangtsé y del skyline.
Los amantes de la arquitectura curiosa no pueden perderse la Liziba Station, donde el metro atraviesa literalmente un edificio, y el Guotai Art Center, con su diseño futurista. Para un toque más tradicional, merece la pena visitar Ciqikou Ancient Town, un barrio histórico con calles empedradas, casas antiguas y puestos de comida callejera. Ten en cuenta que muchos de los rincones de la ciudad están escondidos en un laberinto de calles a diferentes alturas y edificios de decenas de plantas que crean una urbe a diferentes alutras. Si no quieres perderte nada, te recomiendo unirte a un tour por las zonas ocultas de Chongqing.
Y si buscas experiencias únicas, Chongqing es famosa por su hot pot picante, que no es apto para paladares delicados, y por sus cruceros nocturnos por el Yangtsé, desde donde se disfruta una de las vistas más espectaculares de la ciudad iluminada.
Además, desde Chongqing se puede hacer una excursión de un día a los Tres Puentes Naturales (Three Natural Bridges), situados en el Parque Geológico Nacional de Karst de Wulong, a unas 3-4 horas de la ciudad. Estos impresionantes puentes naturales de piedra caliza forman uno de los paisajes kársticos más espectaculares de China y son una visita perfecta para combinar naturaleza y aventura fuera del bullicio urbano.
En definitiva, Chongqing es un espectáculo visual y cultural que, sin duda, merece estar en cualquier lista de qué ver en China.
Para que te sea aún más fácil planificar tu viaje, hemos preparado un mapa interactivo con las mejores cosas que ver en China. En él encontrarás señalados todos los lugares que hemos mencionado en este artículo, desde las grandes ciudades hasta los rincones naturales imprescindibles. Así podrás tener una visión clara de dónde está cada sitio y cómo organizar tu ruta de forma cómoda y visual.
Recorrer esta lista de los mejores lugares que ver en China puede ser una experiencia increíble, pero también requiere algo de preparación para que todo salga bien. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos basados en nuestra experiencia que seguro te ayudarán a organizar mejor tu aventura.
China es un país enorme, con climas muy variados, pero en general, la mejor época para viajar es durante la primavera (abril-mayo) y el otoño (septiembre-octubre). En estos meses el clima suele ser agradable, ni muy frío ni muy caluroso, y además evitas las multitudes y los periodos festivos más intensos.
El verano puede ser muy caluroso, especialmente en el sur y en ciudades grandes como Pekín o Shanghai, y en ocasiones también muy húmedo. El invierno, en cambio, es frío, especialmente en el norte y las zonas montañosas, pero puede ser una época perfecta si buscas menos turistas y quieres ver paisajes nevados.
El verano puede ser muy caluroso, especialmente en el sur y en ciudades grandes como Pekín o Shanghai, y en ocasiones también muy húmedo. El invierno, en cambio, es frío, especialmente en el norte y las zonas montañosas, pero puede ser una época perfecta si buscas menos turistas y quieres ver paisajes nevados.
China tiene una de las redes de trenes de alta velocidad más extensas y eficientes del mundo, y es el medio que nosotros recomendamos para moverse entre las principales ciudades. Los trenes bala conectan destinos como Pekín, Shanghai, Xi’an, Chengdu o Zhangjiajie de forma rápida, cómoda y puntual.
Para trayectos más largos o zonas menos accesibles, también hay vuelos internos con aerolíneas económicas y frecuentes. Otra opción menos común es el autobús, aunque no es tan recomendable para turistas por los tiempos y la comodidad.
Es fundamental reservar los billetes de tren con antelación, especialmente en temporada alta o para rutas populares, ya que se agotan rápido. Plataformas como
Trip.com son muy útiles para gestionar las reservas online.

El acceso a internet en China está muy controlado y muchos servicios habituales como Google, Facebook, Instagram o WhatsApp están bloqueados. Por eso, si quieres seguir conectado con tus redes y usar tus aplicaciones habituales, hay que llevarlo un poco preparado antes de llegar al país.
Nosotros utilizamos las eSIM de Holafly durante nuestro viaje y es sin duda la forma que recomendamos, ya que tienen una VPN integrada automáticamente.
China tiene una cultura muy rica y diferente, y conocer algunas costumbres básicas te ayudará a evitar malentendidos y disfrutar más de la experiencia. Por ejemplo:
La puntualidad es muy importante, especialmente en trenes y vuelos.
Es habitual usar ambas manos para entregar algo a otra persona, como muestra de respeto.
En los mercados o tiendas, regatear es común pero siempre con respeto y buen humor.
La comida es una parte fundamental de la cultura, así que prueba platos locales y no tengas miedo de preguntar por ingredientes.
En los templos o lugares sagrados, es importante comportarse con respeto, evitar ruidos fuertes y no hacer fotos donde esté prohibido.

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Esperamos que esta lista de las mejores cosas que ver en China te ayude a planificar un viaje inolvidable. Si tienes dudas, quieres compartir tu experiencia o necesitas recomendaciones más específicas, no dudes en dejarnos un comentario. ¡Nos encanta leer vuestras historias y ayudarte en lo que podamos para que tu aventura en China sea todo un éxito!
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