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Por Urko Nalda • Actualizado en diciembre, 2025
Si estáis organizando vuestra ruta por Japón y os preguntáis qué hacer en Osaka, habéis llegado al sitio correcto. Para nosotros, esta ciudad fue una de las grandes sorpresas del viaje; tiene un ritmo diferente, mucho más relajado y cercano que la inmensa Tokio, y una cultura gastronómica que atrapa desde el primer momento. En esta guía os hemos preparado una lista con nuestros imprescindibles y consejos prácticos para que aprovechéis vuestra visita al máximo, mezclando las zonas más turísticas con esos rincones que tanto nos gustaron. Quedaos por aquí, que os contamos todo lo necesario para no perderos nada importante.

Osaka es la tercera ciudad más grande del país, pero ya os avisamos de que tiene un rollo muy diferente al resto. Se la conoce popularmente como “la cocina de Japón” y no es por casualidad; aquí la comida es casi una religión. De hecho, tienen un concepto propio llamado kuidaore, que básicamente significa “comer hasta arruinarse”, algo que entenderéis en cuanto veáis la cantidad de puestos de comida callejera que hay por todas partes.
Nosotros pasamos por aquí durante nuestro viaje de un mes por el país nipón y nos pareció uno de los lugares imprescindibles que ver en Japón. El ambiente es mucho más desenfadado y la gente es bastante más abierta y ruidosa que en Tokio (en el buen sentido). Una curiosidad que os va a chocar al llegar: aquí las escaleras mecánicas se usan por la derecha, justo al revés que en el resto de Japón.
Eso sí, os queremos dar un consejo muy honesto para vuestra ruta: lo ideal es empezar el viaje por Osaka. Siendo realistas, es la ciudad menos espectacular de las tres grandes (si la comparas con la inmensidad de Tokio o la historia de Kioto). Si venís de ver lo mejor del país, Osaka se os puede quedar un poco pequeña. Por eso, nosotros recomendamos organizar el itinerario de menos a más. Así disfrutaréis de su autenticidad y su gastronomía sin compararla con lo que ya habéis visto.
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Ahora que ya estáis situados, vamos al grano con los planes. Aunque Osaka no tiene la densidad de monumentos históricos de Kioto, tiene barrios con muchísima personalidad que hay que patear sí o sí para entender la ciudad. Nosotros hemos preparado esta lista con los 10 lugares imprescindibles que más disfrutamos, mezclando la parte más moderna, la gastronómica y la zona tradicional:
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El Castillo de Osaka es, sin duda, el gran icono histórico y la imagen de postal de la ciudad. El edificio original jugó un papel clave en la unificación de Japón en el siglo XVI, aunque el que veis hoy es una reconstrucción. El recinto es enorme y espectacular, rodeado de impresionantes murallas de piedra y fosos con agua que lo convierten en un paseo muy agradable, especialmente si vais en temporada de cerezos.
Eso sí, os vamos a dar nuestra opinión más sincera: entrar al interior del Castillo de Osaka no merece la pena. Por dentro ha sido totalmente reformado, es básicamente un museo moderno de hormigón (tiene hasta ascensor) y se pierde toda la magia de “castillo antiguo”. Si os gusta la historia puede estar bien, pero si vais buscando arquitectura tradicional, os va a decepcionar.
Nuestro consejo es que os quedéis fuera disfrutando del parque. Buscad la zona del lago en los jardines (el foso), porque allí encontraréis el mejor spot para sacar fotos. Desde ahí tenéis una perspectiva preciosa con el castillo reflejado en el agua y, lo mejor de todo, suele haber mucha menos gente que agolpada en la entrada principal.

Si hay un lugar que define la locura y el ambiente de esta ciudad, ese es Dotonbori. Es el centro neurálgico del turismo en Osaka y una auténtica explosión para los sentidos. Pasear por aquí es caminar rodeado de cientos de neones, música a todo volumen y, sobre todo, un olor constante a comida que sale de los puestos callejeros. Lo más típico es caminar por la orilla del canal y buscar el famoso cartel del Glico Man. Es el símbolo indiscutible de Osaka y veréis a todo el mundo parándose en el puente Ebisu para imitar su pose de victoria.
Pero Dotonbori no es solo el corredor. Fijaos bien en las fachadas de los edificios porque son un espectáculo. Los restaurantes compiten por la atención con carteles gigantes en 3D que se mueven, como el famoso cangrejo de Kani Doraku o el pulpo gigante. Nuestra recomendación es clara: venid al atardecer o ya de noche. De día la zona pierde muchísima fuerza, pero cuando se encienden las luces es cuando realmente se vive la experiencia de la Osaka futurista y canalla.

Para conocer la verdadera esencia de la ciudad, os recomendamos muchísimo hacer un tour nocturno por la “Deep Osaka”. Nosotros queríamos ver algo más allá de las luces turísticas de Dotonbori y nos adentramos en los barrios más auténticos y controvertidos de la zona sur. El recorrido suele pasar por los callejones retro y acaba en Tobita Shinchi, el barrio rojo más grande del oeste de Japón que sigue activo a día de hoy.
Es una experiencia que choca bastante y no deja indiferente. En Tobita Shinchi veréis los locales tradicionales donde las chicas se exponen en la entrada iluminada, algo que parece sacado de otra época. Es muy importante que sepáis que en estas calles está terminantemente prohibido sacar fotos para respetar la privacidad y evitar problemas. Aunque suene intimidante, es seguro pasear por allí. Aun así, nosotros os recomendamos hacerlo con un guía local para entender bien el contexto histórico y social de esta zona, que es la cara oculta que no suele salir en las guías turísticas habituales.

Si necesitáis un respiro del ruido y los neones, acercaos a conocer el Templo Shitenno-ji. Este lugar tiene mucha importancia histórica porque fue el primer templo budista oficial de Japón, fundado hace más de 1.400 años por el príncipe Shotoku. Aunque los edificios actuales son reconstrucciones (porque los originales se han quemado varias veces a lo largo de los siglos), el recinto mantiene el diseño y la distribución original, que es muy diferente a otros templos que veréis en Kioto o Tokio.
Lo mejor de visitar Shitenno-ji es que se siente mucho más tranquilo y espiritual que otros puntos turísticos de Osaka. Podéis pasear gratis por la mayor parte del recinto y ver su famosa pagoda de cinco pisos desde fuera. Solo hay que pagar entrada si queréis acceder al jardín Gokuraku-jodo o al recinto central (Garan), pero sinceramente, pasear por las zonas gratuitas ya merece la pena para desconectar un rato del caos de la ciudad. Además, si tenéis suerte y vais los días 21 o 22 de cada mes, os encontraréis un mercadillo de antigüedades y ropa de segunda mano muy curioso.

Probablemente hayáis visto este sitio mil veces en Instagram y os aseguramos que en persona impresiona igual. El Santuario Namba Yasaka es famoso por una razón muy evidente: su enorme escenario con forma de cabeza de león gigante. Mide 12 metros de alto, tiene la boca abierta de par en par y os dejará con la boca abierta a vosotros también.
Más allá de la foto, la visita tiene un significado chulo. La creencia dice que la enorme boca del león se traga los malos espíritus y la mala suerte, llamando a la victoria y al éxito en los negocios o los estudios. A nosotros nos pareció una parada perfecta porque es un recinto pequeño que se ve rápido (en 15 o 20 minutos está listo). Además, está muy cerca de la estación de Namba y del centro comercial Namba Parks, así que podéis ir andando perfectamente sin desviaros mucho de la ruta principal.

Si sois de buen comer, este sitio es parada obligatoria. El Mercado Kuromon es una calle techada larguísima llena de puestos donde el producto entra por los ojos. Aquí lo típico es ir parando en los locales y probar el marisco fresco que te cocinan al momento: vieiras a la parrilla con mantequilla, brochetas de pulpo, erizo de mar o cortes de atún graso que se deshacen en la boca. También es un buen sitio para probar un poco de carne de Kobe o Wagyu en brocheta sin tener que pagar un menú completo en un restaurante.
Eso sí, tenemos que avisaros de una cosa: el mercado se ha vuelto muy turístico en los últimos años y eso se nota en los precios. No esperéis encontrar chollos porque algunas cosas son bastante caras. A pesar de eso, el ambiente es genial y la calidad es brutal. Nuestro consejo es que vayáis con hambre y compartáis las raciones. Así podréis probar tres o cuatro cosas diferentes sin dejaros el presupuesto del día en una sola comida.

Si os gusta el anime, el manga o los videojuegos, aquí vais a ser felices. Nipponbashi, más conocido como Den Den Town, es la respuesta de Osaka al famoso Akihabara de Tokio. Es el barrio otaku por excelencia de la ciudad, lleno de tiendas de electrónica, figuras de colección y merchandising de segunda mano. Aunque no seáis muy frikis, dar una vuelta por aquí es toda una experiencia para ver el ambiente y curiosear en las estanterías infinitas de tiendas como Animate o Super Potato, que es un paraíso de los videojuegos retro.
Una de las ventajas de Den Den Town respecto a Tokio es que a veces se encuentran mejores precios en figuras de segunda mano y las tiendas están algo menos masificadas. Si buscáis algún tesoro o regalo original, entrad en las tiendas de “segunda mano” (como Book Off o Surugaya) porque los japoneses cuidan tanto las cosas que muchas veces parecen nuevas. El barrio está pegado al mercado Kuromon, así que es el plan perfecto para bajar la comida caminando entre neones y escaparates llenos de color.

Entrar en Shinsekai es literalmente viajar al pasado. El nombre significa “Nuevo Mundo” y se construyó a principios del siglo XX imitando a París y Nueva York, pero hoy en día tiene un aire decadente y retrofuturista. El símbolo del barrio es la torre Tsutenkaku, que veréis al fondo de la calle principal. Aunque subir al observatorio es una opción, para nosotros lo mejor es quedarse abajo y disfrutar del ambiente de las calles, que parecen un decorado de película antigua lleno de carteles de colores y estatuas de Billiken (el dios de la felicidad).
Aquí la actividad principal es comer. No os podéis ir sin entrar en algún local a probar los famosos Kushikatsu. Son unas brochetas de carne, verdura o marisco rebozadas y fritas que son la especialidad de la zona. Es una comida barata y perfecta para acompañar con una cerveza. Nuestro consejo es que visitéis el barrio al atardecer o de noche. De día tiene su encanto, pero cuando se encienden los neones y los farolillos de los restaurantes es cuando el barrio cobra vida de verdad y se consiguen las mejores fotos.
Si tenéis un día extra en el itinerario y sois fans del cine o los videojuegos, dedicar una jornada a Universal Studios Japan es uno de los mejores planes que podéis hacer en Osaka. Aunque tiene zonas clásicas como la de Harry Potter o Jurassic Park que son increíbles, ahora mismo la joya de la corona y la razón por la que todo el mundo va es el área de Super Nintendo World. Es literalmente como meterse dentro de un videojuego de Mario Bros, con el castillo de Peach, bloques de interrogación y la atracción de Mario Kart.
Eso sí, tenéis que saber que la logística para visitar este parque requiere planificación. Las entradas vuelan y, para acceder concretamente a la zona de Nintendo, no basta con la entrada general; normalmente hace falta conseguir un “Timed Entry Ticket” (un turno de entrada gratuito que se saca en la app oficial al llegar) o asegurar el tiro pagando un suplemento. La recomendación de oro aquí es clara: si el presupuesto os lo permite, comprad el Express Pass. Es un pase caro, a veces cuesta más que la propia entrada, pero os ahorrará horas y horas de colas interminables en las atracciones principales.
Aunque técnicamente no está en la ciudad, irse de la zona de Kansai sin visitar Nara debería ser delito. Es la excursión de un día más típica y fácil de hacer, ya que se puede visitar perfectamente tanto desde Osaka como desde Kioto. Está situada estratégicamente a unos 30 o 40 minutos en tren de ambas ciudades (con el JR Pass o la línea Kintetsu), por lo que encaja en cualquier hueco del itinerario.
Nara fue la primera capital fija de Japón y se nota que respira historia, pero lo que realmente la hace famosa es el Parque de Nara, donde cientos de ciervos viven en libertad. Son considerados mensajeros de los dioses y podéis interactuar con ellos comprando unas galletas especiales (shika-senbei). Eso sí, cuidado porque han aprendido a pedir comida y a veces pueden ser un poco insistentes. Aparte de los ciervos, la visita obligatoria es el Templo Todai-ji, el edificio de madera más grande del mundo que guarda en su interior al Gran Buda, una estatua de bronce de 15 metros que os dejará sin palabras.

Para que os sea mucho más fácil ubicaros y organizar vuestra ruta diaria, os hemos preparado este mapa interactivo con todos los puntos de interés de los que hemos hablado en el artículo. Tenéis marcados desde el Castillo de Osaka hasta los barrios gastronómicos y las estaciones principales. Lo mejor es que podéis guardarlo directamente en vuestra cuenta de Google Maps haciendo clic en la estrella que aparece junto al título; así lo llevaréis siempre a mano en el móvil durante vuestro viaje para consultar qué tenéis cerca en cada momento.
Elegir bien la base de operaciones en Osaka es clave porque la ciudad es enorme. Aunque la zona de Umeda (cerca de la estación principal) está muy bien conectada, para nosotros la mejor zona para alojarse es Namba o Shinsaibashi, justo en los alrededores de Dotonbori. Quedarse aquí significa tener el ambiente, los restaurantes y la vida nocturna a un paso de la puerta del hotel, lo que se agradece muchísimo para salir a cenar sin tener que coger transporte.
Si buscáis una opción económica en esta zona, os recomendamos echar un vistazo al KIRIN UMEDA by SpringRest tiene una ubicación estratégica perfecta para ir andando a los puntos principales y las habitaciones, dentro de los estándares japoneses, están bastante bien.
Si en algo destaca Osaka por encima de cualquier otra ciudad de Japón, es por su comida. La verdad es que es muy difícil fallar aquí; entréis donde entréis, el nivel suele ser altísimo. Nosotros probamos varios sitios durante nuestros días en la ciudad y, en general, todos nos parecieron increíbles.
Eso sí, tenemos que avisaros de una cosa: armaos de paciencia. Osaka es el lugar donde nos encontramos más filas de todo el viaje para comer. Si un sitio es popular en redes sociales o Google Maps, preparaos para esperar un buen rato. Aun así, la espera suele merecer la pena. Aquí os dejamos nuestros favoritos:
Wagyu IDATEN: Si queréis probar buena carne sin dejaros un riñón, este sitio es genial. Está especializado en cortes de Wagyu a precios razonables y la calidad es brutal.
Oyuki: Este fue uno de nuestros grandes descubrimientos. Es un local de sushi llevado por una pareja de abuelos adorables. El trato es súper cercano, el sushi es fresquísimo y, lo mejor de todo es que es súper barato, la bandeja de 8 nigiris costaba 1000 yenes. ¡Súper recomendable!
Hanamaruken Hozenji: Sin exagerar, aquí nos comimos uno de los mejores ramen de todo nuestro viaje. Es famoso por su “Happiness Ramen”, que lleva una costilla de cerdo estofada enorme que se deshace sola. Id con hambre.
Takoyaki Wanaka Sennichimae: No os podéis ir de Osaka sin probar los takoyakis (bolitas de pulpo). Hay mil sitios, pero este es una institución. Están crujientes por fuera y cremosos por dentro. Perfecto para un snack rápido.
Namba Okonomiyaki: El otro plato estrella de la ciudad es el okonomiyaki (la “pizza” japonesa). Este local es muy auténtico y te lo preparan en la plancha delante de ti. El ambiente es genial y la comida contundente.

Osaka tiene una red de transporte excelente, aunque puede liar un poco al principio porque mezcla líneas de metro privadas con las de JR. La Osaka Loop Line (que es de JR y entra en el JR Pass) es muy útil para conectar los puntos más alejados como el Castillo o la estación de Universal Studios, pero para moveros por el centro (Namba, Dotonbori, Shinsekai) lo más probable es que tengáis que usar el metro.
Para pagar los trayectos, olvidaos de comprar billetes de papel en las máquinas. Nosotros nos metimos la tarjeta Suica directamente en el móvil (se hace desde el Wallet en un minuto) y fue perfecto. Simplemente acercáis el teléfono al torno y listo, sin desbloquear ni abrir ninguna app. Lo mejor es que nos sirvió durante todo nuestro viaje por Japón, no solo en Osaka, y también podéis usar el saldo para pagar en las tiendas de conveniencia (konbinis) o en las máquinas de bebidas. Es comodísimo y os ahorrará mucho tiempo.
Esta es, sin duda, una de las dudas más comunes a la hora de organizar una ruta por Japón. Para los imprescindibles que hacer en Osaka, recorrer los barrios principales y disfrutar de su gastronomía con calma, nosotros recomendaríamos dedicarle 2 días enteros. Con ese tiempo tenéis margen suficiente para visitar el castillo, la zona retro, los mercados y vivir la noche de Dotonbori sin ir con la lengua fuera.
Ahora bien, tened en cuenta los extras. Si en vuestros planes entra pasar el día en Universal Studios Japan o hacer la escapada para ver los ciervos de Nara, tendréis que sumar un día extra por cada uno de estos planes. Es decir, si queréis el “pack completo” (ciudad + parque + excursión), lo ideal sería reservar 3 o 4 días en vuestro itinerario para no ir agobiados.

Para que no os pille nada por sorpresa, aquí os dejamos una lista rápida con esos pequeños detalles que nos hubiese gustado saber antes de ir:

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¡Y hasta aquí nuestra lista con los imprescindibles! Esperamos que esta recopilación os aclare un poco mejor qué hacer en Osaka y os sirva para planificar la visita a vuestro aire. Nosotros nos fuimos con la sensación de que es un lugar al que volveríamos una y otra vez solo por su comida y su buen rollo. Si os ha quedado alguna duda pendiente, el tema del transporte se os resiste o queréis recomendarnos algún restaurante nuevo que hayáis descubierto, dejadnos un comentario aquí abajo. ¡Nos encanta leeros y os contestaremos encantados para echaros un cable con el viaje
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