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Por Urko Nalda • Actualizado en diciembre, 2025
Si estáis preparando vuestra ruta por Japón, la Isla de Miyajima tiene que estar sí o sí en vuestro itinerario. Más allá de la típica postal del torii flotante, este lugar tiene una magia especial que nos atrapó desde el primer momento y que justifica totalmente el desplazamiento. Para ayudaros a que todo salga perfecto, hemos preparado esta guía completa para organizar vuestra visita al detalle. Quedaos por aquí, que os contamos nuestros rincones favoritos y todo lo que necesitáis saber para disfrutar de la isla tanto como nosotros.

Si hay un sitio que solemos recordar con especial cariño de nuestro viaje, ese es la Isla de Miyajima. Oficialmente llamada Itsukushima, esta pequeña isla está considerada como uno de los tres paisajes más bonitos del país (los Nihon Sankei). A nosotros nos encantó visitarla durante el mes que estuvimos recorriendo el país. De hecho, nos parece uno de los mejores lugares que ver en Japón y siempre recomendamos incluirla en cualquier ruta.
Lo que hace interesante a esta isla no es solo lo visual, sino su historia y tradición. Desde la antigüedad, Miyajima ha sido venerada como una isla sagrada, hasta el punto de que, para mantener su pureza, durante siglos estuvo prohibido nacer o morir aquí. Pasear por sus caminos permite conectar con esa historia, desde la influencia de monjes como Kukai, que fundó el templo en el Monte Misen hace más de 1200 años, hasta los relatos de antiguas batallas que ocurrieron en la zona.
Se encuentra en la bahía de Hiroshima, a menos de una hora de la ciudad, por lo que es muy fácil llegar. Aunque muchos viajeros hacen una visita rápida de unas horas, nuestra recomendación es clara: Miyajima es perfecta para recorrerla por libre y, si podéis, pasar una noche allí. El ambiente cambia mucho cuando se va el último ferry de la tarde: todo se vuelve más tranquilo y pasear entre los ciervos y los farolillos encendidos es una experiencia totalmente distinta.
Aun así, sabemos que cuadrar el itinerario a veces es difícil. Si vais justos de tiempo pero queréis incluirla, una opción muy cómoda es uniros a este Tour por Hiroshima y Miyajima, que os permite ver lo esencial de ambos sitios en un día sin preocuparos por los traslados. Pero si tenéis margen, dedicadle tiempo a la isla ya merece mucho la pena disfrutarla con calma.
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Si has llegado hasta aquí organizando tu ruta por Japón, aquí te dejamos una lista con los mejores posts para planificar tu viaje:
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Aunque la isla es pequeña, está llena de rincones increíbles. Nosotros nos centramos en los lugares más importantes, y aquí os dejamos la lista de los que no os podéis perder por nada del mundo.
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Empezamos por el icono absoluto de la isla y una de las imágenes más famosas de Japón. Este enorme torii de color bermellón es la puerta de entrada sagrada al Santuario de Itsukushima. Lo que lo hace tan especial es que, con la marea alta, parece que está flotando sobre el agua, creando una estampa mágica. Nuestra recomendación principal es que consultéis el horario de las mareas para el día de vuestra visita. Así podréis verlo flotando y, cuando la marea baje, caminar por la arena hasta su base para apreciar su tamaño real.
Si no quieres preocuparte de la logística, puedes visitar Miyajima con este Tour organizado por Hiroshima y Miyajima

Justo detrás del torii se encuentra esta maravilla arquitectónica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El santuario está construido sobre pilotes, directamente sobre el agua, porque antiguamente se consideraba que la isla era tan sagrada que no se podía pisar. Recorrer sus pasarelas de madera conectando los distintos pabellones mientras el mar está bajo tus pies es una de las mejores experiencias que ofrece Miyajima.

Para nosotros, este fue uno de los grandes descubrimientos de la isla. Es un templo budista precioso situado a los pies del Monte Misen y un lugar lleno de paz, alejado del bullicio principal. Lo que más nos gustó fueron sus cientos de estatuas de rakan (discípulos de Buda), cada una con una expresión diferente y un gorrito de lana de colores. No os olvidéis de hacer girar las ruedas de oración metálicas que hay en las escaleras, dicen que trae la misma bendición que leer los sutras que contienen.

Si os apetece un poco de naturaleza y unas vistas de infarto, tenéis que subir al Monte Misen. Podéis hacerlo con una caminata por alguno de sus senderos o, la opción más cómoda, usando el teleférico que os deja cerca de la cima. Arriba encontraréis varios templos pequeños y el famoso fuego sagrado o Kiezu-no-Reikado, una llama que se dice que lleva ardiendo más de 1.200 años. Desde el observatorio Shishiiwa tendréis una panorámica espectacular de toda la bahía de Hiroshima y las islas cercanas.

Justo al lado del Santuario Itsukushima se encuentra este enorme pabellón de madera, cuyo nombre significa “pabellón de las 1.000 esteras” por su gran tamaño. Lo curioso es que está deliberadamente inacabado. El general Toyotomi Hideyoshi ordenó su construcción para honrar a los soldados caídos, pero murió antes de que se completara y nunca se terminó. Esa falta de paredes le da una sensación de amplitud increíble y lo convierte en un lugar perfecto para descansar sintiendo la brisa. A su lado, la fotogénica pagoda de cinco pisos completa la escena.
Esta es la calle principal y el corazón comercial de Miyajima. Es un lugar superanimado, lleno de tiendas de recuerdos, restaurantes y puestos de comida callejera. Es el sitio perfecto para probar las especialidades locales como las ostras a la parrilla o los famosos momiji manju, unos pastelitos con forma de hoja de arce rellenos de diferentes sabores. Además, aquí encontraréis la shamoji o cuchara de arroz de madera más grande del mundo, una parada obligatoria para una foto divertida.
Nada más poner un pie fuera de la terminal del ferry, os daréis cuenta de quiénes son los verdaderos dueños de la isla. Hay cientos de ciervos sika campando a sus anchas por todas partes, desde el parque principal hasta las calles más comerciales. Históricamente, en la religión sintoísta se les considera mensajeros de los dioses, por lo que son animales sagrados y están muy protegidos.
A diferencia de lo que ocurre en Nara, aquí está prohibido darles de comer. No encontraréis puestos vendiendo galletas para ellos y veréis muchos carteles pidiendo que no les deis nada para proteger su salud y mantener su instinto salvaje. Aun así, son animales muy curiosos y nada tímidos.
Tenéis que tener mucho ojo con vuestras cosas, especialmente con cualquier tipo de papel. A estos ciervos les encanta comerse lo que no deben, así que vigilad bien vuestros mapas, folletos y los billetes del ferry. A nosotros nos parecieron adorables para las fotos, pero os aseguramos que son muy rápidos si os ven despistados con algo “comestible” en la mano.

Esta es una de las dudas más habituales al planificar la ruta y nuestra respuesta es un rotundo SÍ. Sabemos que la mayoría de la gente viene en una excursión de un día desde Hiroshima y se vuelve por la tarde, pero para nosotros, quedarse a dormir aquí cambia completamente la experiencia.
Cuando sale el último ferry de turistas, la isla se transforma. De repente pasas de estar rodeado de gente a tener las calles y el santuario prácticamente para ti. Ver el Gran Torii iluminado por la noche y pasear en silencio escuchando solo el mar es algo mágico que no podréis vivir si os vais antes del atardecer.
Es cierto que los hoteles en la isla suelen ser bastante más caros que en el resto de Japón, pero creemos que es el momento perfecto para darse un capricho y probar la experiencia de dormir en un ryokan tradicional. Aunque requiera un presupuesto algo más alto, os aseguramos que compensa con creces.
Nosotros nos alojamos en el LiVEMAX RESORT Aki Miyajima y la verdad es que fue una decisión buenísima. Las instalaciones están genial y poder disfrutar de la isla a nuestro ritmo sin prisas por coger el ferry de vuelta hizo que la visita fuera mucho más especial. Si podéis encajarlo en el presupuesto, ni os lo penséis.
Llegar a la Isla de Miyajima es mucho más fácil de lo que parece, sobre todo porque está muy cerca de Hiroshima. La forma más común y directa es combinar el tren y el ferry.
Desde la estación principal de Hiroshima, solo tenéis que coger un tren de la línea JR Sanyohasta la estación de Miyajimaguchi. El trayecto es corto, dura unos 25-30 minutos. Una vez allí, la terminal del ferry está a un par de minutos andando. Aquí viene un consejo importante para los que viajáis con el Japan Rail Pass: el ferry de la compañía JR está incluido en el pase, así que os saldrá gratis. Fijaos bien porque hay dos compañías operando en el muelle, ¡no os confundáis!
El proceso es sencillo, pero hay más alternativas dependiendo de vuestro plan. Para que tengáis toda la información y podáis elegir la que más os conviene, hemos preparado un post específico sobre cómo ir de Hiroshima a Miyajima.

No os vamos a engañar, una de las cosas que más disfrutamos en la isla (como en todo Japón) fue la comida. Miyajima tiene una gastronomía propia increíble y sería un delito iros sin probar sus “tres grandes”: las ostras, la anguila y los dulces de arce.
Aquí viene el tema complicado: en Miyajima todo cierra muy pronto. La mayoría de locales bajan la persiana alrededor de las 17:00 h cuando se van los turistas, así que si os quedáis a dormir, la cena puede ser una odisea si no vais prevenidos.
Si preferís ir picoteando, la calle Omotesando es vuestro paraíso. Está llena de puestos donde cocinan las ostras a la parrilla delante de ti (¡cuidado que queman!), brochetas y pasteles de pescado.
Lo que tenéis que probar sí o sí: No os podéis ir sin comer un Momiji Manju. Son los famosos pastelitos con forma de hoja de arce. Los clásicos están rellenos de pasta de judía roja (anko), pero ahora los hay de chocolate, queso, crema… Nuestro consejo: buscad los Age-Momiji, que son la versión frita y caliente.
Después de nuestra experiencia, hemos recopilado estos tips para que no cometáis errores y aprovechéis la visita al máximo. Son cosas sencillas pero que marcan la diferencia.

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Y hasta aquí nuestra guía completa sobre la Isla de Miyajima. Esperamos que toda esta información os sirva para exprimir al máximo vuestra visita a este rincón tan especial de Japón. Si os ha quedado alguna duda sobre los horarios, el alojamiento o simplemente queréis contarnos qué tal estaban las ostras, dejadnos un comentario más abajo. ¡Nos encanta leeros y ayudaros con los preparativos de vuestro viaje!
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