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Kërnace Zgare Fatosi: Si eres amante de la carne, no puedes dejar de probar la parrillada en Kërnace Zgare Fatosi. Este restaurante es conocido por sus deliciosas carnes a la parrilla, desde cordero hasta ternera, todo cocinado al estilo albanés. El ambiente es sencillo, pero la comida es lo que realmente destaca. Es el lugar ideal para disfrutar de una auténtica parrillada albanesa a buen precio, con un servicio rápido y amable.
En lo alto del Castillo de Berat se encuentra la Iglesia de la Sagrada Trinidad, una joya de la arquitectura bizantina del siglo XIV. Su cúpula de ladrillo rojo y sus muros de piedra destacan en el paisaje, y su ubicación sobre una colina ofrece vistas impresionantes del valle y la ciudad. Aunque es pequeña y de interior sencillo, la serenidad que transmite y su entorno hacen que valga la pena detenerse y contemplar el panorama.
¡Cuidado!
Nosotros visitamos la Cascada de Bogove y el Cañón de Osum en el trayecto hacia Përmet, pero la carretera entre el cañón y Përmet es un camino de montaña en muy mal estado y no lo recomiendo si no estás acostumbrado a este tipo de carreteras. Lo más seguro es volver a Berat y continuar desde allí por la E853.
Friendly House: Este restaurante familiar es conocido por su ambiente acogedor y platos caseros. Ofrecen una excelente variedad de comida local, perfecta para aquellos que buscan una experiencia auténtica y sabores albaneses tradicionales.
Temi Albanian Food: Un lugar pequeño pero encantador, especializado en platos típicos albaneses con un toque casero. Desde deliciosos byrek hasta suculentos guisos, es ideal para disfrutar de una comida local a buen precio.
Restaurant Mangalemi: Ubicado en el casco antiguo, este restaurante ofrece una mezcla de cocina albanesa tradicional y platos más contemporáneos. La terraza con vistas a Mangalem es el lugar perfecto para una cena tranquila al final del día.
Uno de los grandes atractivos de Përmet son, sin duda, las Termas de Benja. Estas aguas termales naturales están a las afueras de la ciudad, rodeadas por un impresionante paisaje montañoso. El lugar es un remanso de paz, y al llegar nos encontramos con un entorno casi de ensueño: piscinas naturales de agua caliente que brotan de la tierra, rodeadas de vegetación y conectadas por un precioso puente otomano de piedra. Sumergirse en las aguas termales es una experiencia relajante y revitalizadora. Además, las aguas están llenas de minerales y se cree que tienen propiedades curativas, lo que las convierte en el lugar perfecto para relajarse después de varios días de exploración en nuestra ruta por Albania. Pasar un buen rato en las termas es algo que recomendaría a cualquiera que visite esta zona, ya que el ambiente es muy tranquilo y natural.
Përmet es un lugar tranquilo y perfecto para relajarse. Nos alojamos en el Hotel Alvero, que está cerca del centro y a una distancia cómoda de las termas de Benja. Este hotel ofrece un ambiente acogedor y es ideal para quienes buscan descansar después de un día de exploración. La hospitalidad local y la tranquilidad del lugar lo hacen perfecto para desconectar.
En nuestra ruta por Albania, de camino hacia la Riviera Albanesa, no puedes perderte el Blue Eye (Syri i Kaltër), uno de los fenómenos naturales más impresionantes del país. Este manantial de aguas cristalinas, con su característico color azul turquesa, es famoso por su profundidad, que aún no ha sido completamente medida. Rodeado de un entorno natural exuberante, el Blue Eye es un lugar ideal para detenerse a disfrutar de la tranquilidad y, si te animas, darte un baño en sus frías aguas. Es una parada perfecta antes de continuar hacia las playas de la Riviera Albanesa.
Nuestro recorrido por la Riviera Albanesa comenzó en Ksamil, uno de los destinos más conocidos por sus aguas cristalinas y playas de arena blanca. Pasamos el día explorando sus playas, aventurándonos en la Shpella e Pellumbave, y cerramos la jornada en la ciudad costera de Saranda.
No muy lejos de Ksamil, se encuentra la espectacular Shpella e Pellumbave o “Cueva de las Palomas”. Este lugar escondido es perfecto para quienes buscan algo más aventurero. Accedimos a esta playa remota a pie, después de una caminata por el paisaje rocoso. Al llegar, la belleza del lugar es indescriptible: una cueva abierta al mar, con aguas azul profundo, ideal para los amantes del snorkel o simplemente para disfrutar de un baño en un entorno único y aislado.
Al final del día, llegamos a Saranda, una de las ciudades más grandes de la Riviera Albanesa. Esta ciudad tiene un ambiente más animado, con una gran cantidad de bares y restaurantes a lo largo de su paseo marítimo. Aprovechamos la tarde para pasear por el puerto y cenar en uno de los restaurantes frente al mar, disfrutando de un atardecer espectacular. Si tienes tiempo, también puedes visitar las ruinas de Butrinto, un sitio arqueológico cercano que vale mucho la pena.
El segundo día en la Riviera lo dedicamos a la tranquilidad de Beach Lukova, una playa más remota y tranquila que nos permitió disfrutar de un ambiente relajado. Por la tarde, nos dirigimos a Himare para pasar la noche y prepararnos para explorar más calas escondidas al día siguiente.
El quinto día de nuestra ruta por Albania lo dedicamos a Beach Lukova, una de las playas más tranquilas de la Riviera. Esta playa se caracteriza por su ambiente relajado, lejos del bullicio de las zonas más turísticas. Pasamos gran parte del día aquí, disfrutando del sol y de sus aguas cristalinas. Es ideal para quienes buscan paz y tranquilidad, ya que Lukova tiene un encanto auténtico que lo hace perfecto para desconectar.
Por la tarde, continuamos nuestro camino hacia Himare, donde pasamos la noche. Himare es una encantadora ciudad costera con un ambiente más local, ideal para disfrutar de la hospitalidad albanesa. Al llegar, nos relajamos en una de las casas de huéspedes de la zona, preparándonos para el siguiente día de exploración en las playas cercanas.
El sexto día comenzó con la visita a Filikuri Beach, una pequeña playa escondida cerca de Himare. Acceder a ella no es sencillo, pero vale la pena. Rodeada de acantilados, esta playa aislada es perfecta para quienes buscan privacidad y tranquilidad. Las aguas claras invitan a nadar y el paisaje que la rodea le da un toque especial.
Después de Filikuri, nos dirigimos a las calas de Aquarium Beach y Gjiri Guma, ambas situadas cerca de Himare. Estas pequeñas playas son conocidas por sus aguas tranquilas y transparentes, y están menos concurridas que otras zonas de la Riviera. Pasamos la tarde relajándonos en estas calas, nadando y disfrutando de la serenidad del lugar. Si te gusta el snorkel, estas playas son ideales para explorar la vida marina en un entorno relajado.
Tras disfrutar de las playas, emprendimos el viaje hacia el norte, con una parada en el espectacular Panorama Llogara, situado en el Parque Nacional de Llogara. Desde este mirador, las vistas de la costa albanesa y el mar Jónico son impresionantes. Es una parada obligatoria para quienes recorren la Riviera, ya que te permite apreciar desde lo alto la belleza de toda la costa. Tras disfrutar del paisaje, seguimos nuestro camino hacia Shkodër, donde comenzaría nuestra próxima aventura en las montañas del norte.
Después de disfrutar de las playas y la costa, nos dirigimos hacia el interior para explorar las impresionantes montañas de los Alpes Albaneses. Estos tres días de nuestra ruta por Albania fueron una experiencia inolvidable, llena de paisajes de ensueño y aventuras en la naturaleza.
Equipaje: Lleva solo lo esencial en una mochila cómoda, ya que tendrás que cargar con ella durante los trekkings. Recuerda que la ruta no es circular, por lo que no podrás dejar pertenencias en un punto intermedio. Puedes dejar el resto del equipaje en el coche en Shkodër, comprueba también con tu hotel de Shkodër si ofrecen esa posibilidad.
Ropa y calzado adecuado: El terreno es montañoso y el clima puede ser impredecible. Un buen par de botas de trekking y ropa impermeable son indispensables.
Efectivo: Es crucial llevar suficiente dinero en efectivo para cubrir todos tus gastos durante estos días ya que no cogen tarjeta y no hay cajeros en ningún punto de la ruta.
Planificación del transporte: Organiza con antelación los traslados en furgoneta, ferry y autobús. Hay agencias en Shkodër que ofrecen paquetes que incluyen todos estos tramos, lo que facilita la logística. Vuestro alojamiento de Shköder también puede ayudaros a organizar esto.
Seguridad: Aunque la ruta es bastante transitada en temporada alta, es recomendable informar a tu alojamiento sobre tus planes y horarios estimados.
Nuestra aventura en las montañas comenzó en Shkodër, la puerta de entrada a los Alpes Albaneses. Dejamos nuestro coche en el aparcamiento del hotel en el que nos alojamos en Shkodër y preparamos nuestras mochilas para los próximos días. Es importante recordar que la ruta no es circular, por lo que tendrás que llevar contigo todo lo que necesites durante los trekkings.
A primera hora de la mañana, tomamos una furgoneta que nos llevó hasta el lago Komani. El trayecto dura aproximadamente dos horas y ofrece vistas espectaculares del paisaje rural albanés.
El lago Komani, con sus aguas verdes esmeralda y rodeado de montañas escarpadas, es a menudo comparado con los fiordos noruegos.
El viaje en ferry hasta Fierza dura unas tres horas. Durante el trayecto, navegamos entre cañones estrechos y paisajes que te dejan sin aliento. Es el momento perfecto para relajarse, tomar fotografías y disfrutar del entorno natural. No olvides llevar algo de comida y bebida, ya que las opciones a bordo son limitadas y, nuevamente, solo aceptan efectivo.
Al llegar a Fierza, tomamos otro autobús que nos llevó hasta Valbona. El viaje dura aproximadamente una hora y nos permitió adentrarnos aún más en las montañas. Llegamos a Valbona por la tarde y nos instalamos en una casa de huéspedes local. El pueblo es pequeño y pintoresco, rodeado de montañas y naturaleza virgen. Pasamos la noche aquí, descansando y preparándonos para el trekking del día siguiente.
El segundo día en los Alpes Albaneses es el más desafiante y emocionante de la travesía, con el famoso trekking que conecta Valbona con Theth. Esta ruta, de aproximadamente 17 kilómetros, te llevará todo el día, así que es crucial comenzar temprano, con una mochila ligera pero bien equipada con agua, comida y algo de abrigo, ya que el clima en las montañas puede cambiar rápidamente.
La caminata dura entre 6 y 8 horas, dependiendo de tu ritmo y de las paradas que hagas en el camino. El sendero está bien marcado y, durante el trayecto, atravesamos bosques frondosos, praderas alpinas y ascendimos hasta el Paso de Valbona, situado a unos 1.800 metros de altitud. Desde allí, las vistas de los valles y las montañas circundantes son simplemente espectaculares.
Es esencial llevar suficiente agua y algo de comida para el camino, aunque encontrarás pequeños puestos locales donde puedes comprar refrescos y snacks; ten en cuenta que solo aceptan efectivo. Además, el clima en la montaña puede cambiar rápidamente, por lo que es recomendable llevar ropa adecuada y estar preparado para posibles cambios meteorológicos.
Llegamos a Theth al final de la tarde, cansados pero maravillados por la belleza del paisaje que habíamos atravesado. Nos alojamos en una casa de huéspedes tradicional, donde nos recibieron con una cena casera deliciosa. La hospitalidad de las familias locales es algo que realmente destaca en esta región. Theth es un pueblo encantador, con casas de piedra y madera, rodeado de montañas y una atmósfera de tranquilidad absoluta.
El último día en las montañas lo dedicamos a explorar los alrededores de Theth, un lugar que parece sacado de un cuento. Una de las atracciones más populares es el Blue Eye de Theth (Syri i Kaltër), un manantial natural de aguas cristalinas y color turquesa intenso. El sendero hasta el Blue Eye es de dificultad moderada y nos llevó unas 3 horas de ida y vuelta. El camino transcurre a lo largo del río, pasando por cascadas y paisajes naturales impresionantes.
Otra opción es visitar la Cascada de Grunas, con sus 30 metros de altura, es una maravilla natural que no te puedes perder. El camino hasta la cascada es más corto y accesible, ideal si dispones de menos tiempo o prefieres una caminata más ligera.
Después de disfrutar de la mañana explorando, regresamos al pueblo para recoger nuestras cosas y prepararnos para el regreso. A primera hora de la tarde, tomamos un autobús directo desde Theth de vuelta a Shkodër, donde habíamos dejado nuestro coche. El trayecto dura aproximadamente 3 horas y ofrece una última oportunidad para admirar las vistas de las montañas albanesas.
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